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Alemania, preocupada por «el semestre español»

¿Busca Zapatero refugiarse en la UE de los problemas españoles… y de paso nuevos subsidios? Así ven algunos medios las «propuestas intervencionistas» del jefe de gobierno del país que «más se ha beneficiado del gasto de la UE para el desarrollo», criticando sus planes de «una gobernanza económica europea».

Tras del rechazo instantáneo del ministro de Economía alemán a nuevas burocracias dirigistas y sancionadoras, y las críticas abiertas en la prensa a las propuestas de la presidencia española de la UE, la Federación de Economistas Alemanes (BDVB) advierte contra el «accionismo de algunos políticos».

«Esa propuesta no es sensata», ha dicho taxativamente la nota del ministro de Economía . Berlín, que respira preocupación por el «semestre español», admite haber sido informada únicamente por email, el viernes antes; y el lunes, el portavoz Christoph Steegman respondió que deben definirse primero unas metas de crecimiento «basadas en objetivos realistas», antes de formular posibles sanciones a su incumplimiento.

Como liberal antiburócrata, el ministro Rainer Brüderle apostilló que, la posibilidad de establecer objetivos en política económica en Bruselas y aplicar después sanciones, supondría «una violación al derecho soberano de elección de los electores alemanes», e insistió en que el tratado de Lisboa es cooperativo y no sancionador.

El ministro Moratinos reculó en respuesta el mismo lunes aclarando que la presidencia no ha hecho aún una «propuesta formal» sobre tal imposición: «Vamos a elaborar lo que serán los criterios y el nuevo método para avanzar en la gobernanza económica».

La catedrática Cornelia Scott, que dirige la BDVB, exige una mayor racionalidad en la política económica y financiera, con motivo de las contradicciones del presidente Rodríguez Zapatero con su gabinete y otros socios comunitarios, y se opone a un «intento de gobierno económico de Europa». Aunque la disciplina económica requeriría de sanciones, «10 años de pacto de estabilidad demuestran que raramente podrían aplicarse».

Scott recuerda que los gobiernos de la UE habían establecido ya el pasado diciembre una estrategia para abandonar el endeudamiento, pero «apenas unas semanas después, la presidencia española propone un nuevo plan a 10 años, con inversiones millonarias en industrias de futuro, pero sin una sola mención de su financiación por la reducción de otros gastos».

La vicepresidenta Fernández de la Vega ha negado en Bruselas divergencias con Alemania y que España no habría hablado de sanciones. Lo defendido es «la necesidad de más coordinación» y de una «Europa fuerte» en lo político y en lo económico,«Alemania y España coincidimos en esto absolutamente… estamos todos de acuerdo en que es imprescindible abordar un nuevo modelo de gobernanza económica y de supervisión financiera».

Pero de visita en Austria el presidente ha reiterado que «el mercado común tiene ya un régimen amplísimo de incentivos… e incluso de sanciones». Reiteró que el objetivo de su Estrategia 2020 sería poner en marcha medidas para hacer más «eficaces» aquellos temas «cruciales» en la Estrategia de Lisboa y que, «por falta de gobernanza o capacidad para llevarlos a la práctica», no se cumplieron. Esto significaría más capacidades en manos de la Comisión, algo a lo que se opone Berlín.

El Financial Times considera que la principal equivocación de Zapatero es centrar la presidencia en las instituciones y el Tratado de Lisboa, que ya ha entrado en vigor, en lugar de resolver la crisis económica y los problemas del ciudadano. « El programa que Zapatero ha propuesto es extremadamente anodino , incluso para las poco exigentes presidencias europeas». El diario financiero cuestiona la capacidad de Zapatero «para guiar Europa» y, al hilo de la broma con Mr. Bean, conocido por sus torpezas, sugiere que «España parece hoy propensa al paso en falso».

También el Tagesspiegel ve «sosería» y modestia de miras en las propuestas del gobernante español. La prensa internacional ha lanzado sus dardos contra la estrenada presidencia de la UE. Al FT, Economist, Handelsblatt o Frankfurter Allgemeine Zeitung se ha unido el Wall Street Journal criticando que «España llega con una ingeniosa solución para el deterioro económico: prohibirlo».

Los medios alemanes han tenido desde Aznar cierta alergia a las recomendaciones españolas en materia económica y no han dudado en probar a España con sus propias propuestas: el FT Deutschland avisa que si tal mecanismo vinculante se aplicara a España, ésta sería de las primeras en suspender y el Frankfurter ha calificado la propuesta como «ideas de bar». Werner Müssler escribe que algo así «sólo puede venir de un país que considera las intervenciones de Bruselas, no como una molestia sino como una bendición».

Die Zeit califica al presidente como «el último izquierdista» y, de su «consejo de sabios» para la UE, dice que «ya se le podía haber ocurrido para su 20% de paro». El Frankfurter considera que Zapatero busca refugiar a España dentro de Europa y los analistas se plantean si, más que dejarse dirigir, no tendrán que acudir al rescate de España. Berlín no alcanza explicarse ni el paro ni la tranquilidad sindical, cuando Alemania ve preocupante el suyo de un 7,6%; y cómo, mientras reducen impuestos en 14.000 millones, España los eleva en 11.000.

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