Muere a los 90 años Sánchez-Silva, autor de «Marcelino, pan y vino»
José María Sánchez-Silva, autor de «Marcelino pan y vino» y uno de los escritores españoles traducidos a más lenguas, falleció el pasado domingo en Madrid a los 90 años, a causa de una infección respiratoria. Sánchez-Silva, que fue enterrado ayer en la intimidad en San Lorenzo del Escorial, recorrió con éxito el camino del periodismo, el relato breve, el guión cinematográfico y el ensayo, aunque destacó, sobre todo, por sus cuentos para niños.

Nacido en Madrid el 11 de noviembre de 1911, José María Sánchez-Silva comenzó su carrera literaria en 1931, con veinte años, al ingresar en la Escuela de Periodismo de «El Debate», donde inmediatamente resaltó por sus dotes de narrador y certero comentarista. Sus primeros pasos en periodismo los dio en la agencia Logos. También trabajó en el diario «Arriba», del que fue nombrado redactor jefe en 1939 y subdirector en 1949. Una vez retirado del periodismo activo, fue colaborador asiduo de ABC.
Desde joven, Sánchez-Silva quiso compaginar el periodismo con la literatura y ha dejado a sus espaldas casi medio centenar de obras, entre las que destacan «La ciudad se aleja» (1946), «Un paleto en Londres» (1952), «Adelaida y otros asuntos personales» (1953), «Historias de mi calle» (1954), «La semana sin lunes» (1955), «El hereje» (1956), «Adiós Josefina» (1962) «Ladis y el FBI» (1970) y «Ladis en las praderas» (1971). Pero su mayor éxito fue, sin duda, «Marcelino pan y vino» (1953), que ha sido llevado al cine en dos ocasiones, y que le valió a José María Sánchez-Silva el reconocimiento mundial, pues ha sido traducido a más de treinta idiomas.
En junio de 1968 fue galardonado, con la Medalla de Oro Andersen de literatura infantil, «el pequeño Nobel», que concede cada dos años la Organización Internacional de Literatura Infantil, convirtiéndose así en el primer y único español que ha merecido este reconocimiento. Sánchez-Silva recibió también el premio Nacional de Periodismo (1945), el Mariano de Cavia (1946) y el Nacional de Literatura (1956) por «Tres novelas y pico», entre otros galardones.
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