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La cárcel de José Antonio

POR D. MARTÍNEZFOTO: A. VIGUERASALICANTE. Hoy es el albergue juvenil de Florida-Babel, pero hasta 1990, el edificio -demolido y reconstruido en su mayor parte- era conocido como «la cárcel de José

POR D. MARTÍNEZ

FOTO: A. VIGUERAS

ALICANTE. Hoy es el albergue juvenil de Florida-Babel, pero hasta 1990, el edificio -demolido y reconstruido en su mayor parte- era conocido como «la cárcel de José Antonio». Sin embargo, Primo de Rivera, fundador en 1933 de la organización de inspiración fascista Falange Española -más tarde fusionada con otras similares y convertida en el partido único durante la dictadura franquista- no fue el único «huésped» ilustre del penal.

La entonces Prisión Provincial de Alicante constaba de un edificio principal, una capilla -que todavía se conserva- dos brazos en los que se distribuían las celdas y el patio donde fue ajusticiado el falangista en 1936. Tres años más tarde, fallecía tras los mismos muros el poeta oriolano Miguel Hernández, preso por motivos diametralmente opuestos.

José Antonio Primo de Rivera llegó a la cárcel alicantina -en la que también estuvieron encarcelados su hermano Miguel, la esposa de éste y otros líderes falangistas- el 5 de junio de 1936, trasladado desde la Cárcel Modelo de Madrid. Había sido detenido tras declarar el Gobierno ilegal su partido y atribuirle diversos altercados.

El actual albergue se convirtió entonces en el centro de mando de Falange Española (FE), dado que Primo de Rivera continuó dirigiendo el partido detrás de las rejas, e incluso envió circulares a sus militantes y manifiestos a la prensa.

Operación de canje

El fundador y líder espiritual de FE, que vivió desde la prisión alicantina el inicio de la Guerra Civil, fue fusilado al salir el sol el 20 de noviembre de 1936, tras asumir su defensa en el proceso que lo condenó a muerte -aunque logró apelar para conmutar la misma pena a su hermano y su cuñada-.

Antes, todas las tentativas para liberarle se habían estrellado contra la determinación de los anarquistas, que controlaban el centro penitenciario. Algunos autores ponen en duda que se tuviese un verdadero interés en liberar a Primo de Rivera, pero en cualquier caso la estrategia abarcó desde el pago en metálico a la acción militar, pasando por el canje.

Según recogen distintos historiadores, el socialista Indalecio Prieto incluso llegó a aceptar una oferta que incluía treinta presos en manos del bando nacional y seis millones de pesetas por su vida. No obstante, con la operación cerrada, Prieto advirtió a su interlocutor que los anarquistas «no entregarán al preso». Los nacionales jugaron entonces la baza de un hijo de Largo Caballero, preso en Sevilla, que también fracasó. La última tentativa, la liberación militar, terminó en masacre ante la prisión.

Años más tarde, un jefe local de FE en la localidad alicantina de Rojales aseguró haber extraído de los muros del patio de la cárcel «la bala que mató a José Antonio». El 20 de noviembre de 1936, a las seis y media de la mañana, Primo de Rivera moría fusilado en dicho patio,junto a otros dos falangistas de Novelda y dos carlistas.

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