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Marlaska ordenó a la Guardia Civil la investigación del chivatazo policial al cobrador de la red de extorsión de ETA

El juez Fernando Grande-Marlaska ordenó a la Guardia Civil que investigue la autoría del chivatazo policial por el que Joseba Elosúa supo -según dijo él en una conversación intervenida- que era

El juez Fernando Grande-Marlaska ordenó a la Guardia Civil que investigue la autoría del chivatazo policial por el que Joseba Elosúa supo -según dijo él en una conversación intervenida- que era seguido por la Policía por su presunta vinculación con la red de extorsión etarra. De forma complementaria, el equipo policial al que asignó Marlaska la operación contra esta trama de chantaje ha enviado un informe sobre el chivatazo al juez Garzón, que ahora se ha hecho cargo del asunto.

No es frecuente pero sí hay precedentes de que un juez ordene a un Cuerpo, de los dos que integran las Fuerzas de Seguridad del Estado, que investigue al otro en asuntos con serias consecuencias internas. Tres serían los motivos, según las fuentes consultadas, que llevaron a Grande-Marlaska a ordenar a la Guardia Civil la investigación del supuesto chivatazo. En primer lugar, prevenir que se pongan «palos en la ruedas de la investigación; en segundo, no dar pie a las tensiones que generaría que «unos compañeros se sintieran investigados por otros», y, en tercer lugar, las reticencias que el magistrado tuvo hacia determinados mandos policiales, a los que mantuvo al margen de la operación contra la red de extorsión.

«Persona cercana»

El punto de partida de este caso se sitúa el pasado 4 de mayo. Ese día, a Elosúa, en una conversación intervenida en su coche -al vehículo la Policía le había colocado un sistema de audio-, se le escuchó comentar a su yerno, Carmelo Luquin (también detenido), que una persona desconocida le había abordado esa misma mañana y que luego le pasó un teléfono móvil. Según Joseba Elosúa, la persona que estaba al otro lado de la línea se identificó como «madero». Para el juez Marlaska, el interlocutor facilitó al dueño del bar «Faisán» datos «específicos y sensibles» de la investigación a tenor de los comentarios que hizo a su yerno cuando ambos iban en el coche, lo que «implica necesariamente» -precisó Marlaska en un auto- que quien facilitó la información es una «persona cercana» al caso.

Tras su marcha del Juzgado, Baltasar Garzón ha tomado las riendas del caso, por el que ya han sido interrogados en sede judicial varios policías. El pasado miércoles el magistrado mostró a Elosúa un centenar de fotografías de agentes de la Comisaría General de Información y de diferentes unidades provinciales. El imputado no identificó a ninguno de ellos como la persona que el pasado 4 de mayo le pasó un teléfono móvil para recibir el chivatazo.

En relación con las investigaciones sobre la red de extorsión, cinco empresarios -dos de Vizcaya y tres de Guipúzcoa- fueron conducidos por orden del juez Baltasar Garzón a dependencias policiales de Bilbao y de Irún, donde se les tomó declaración en calidad de testigos, sin que hubiera ninguna imputación contra ellos. Una vez terminado el trámite policial, los empresarios abandonaron las dependencias oficiales y regresaron a sus domicilios.

Hoy el titular del Juzsgado de Instrucción número 5 tomará declaración a Pablo María Muñoz, director del periódico navarro «Diario de Noticias» y de «Noticias de Guipúzcoa», y ex director de «Egin», detenido el mismo día que Jesús de la Fuente Iruretagoyena, ya en libertad al no haber pedido prisión la Fiscalía. Muñoz aparece en un auto del juez Fernando Grande-Marlaska como presunto «intermediario» de la red de extorsión, cuyo máximo responsable sería Joseba Elosúa.

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