Nosoträsh presenta hoy en Madrid sus «Popemas»
MADRID. 1994 Gijón, interior, noche: un grupo de chicas se reúnen en un garito de la ciudad y entre músicas y risas deciden formar un grupo. 2002, aparece en el mercado el tercer álbum de estas cuatro amigas, «Popemas». Entre medias, Natalia (voz), Beatriz (guitarras), Montse (bajo) y Cova (batería) se ganaron el derecho a grabar una maqueta en 1995 tras ganar el concurso de la revista Rock de Luxe con el tema «Voy a aterrizar» dedicado a la primera mujer en cruzar el Atlántico, Amelia Earhart y que incluirían en su primer trabajo «Nadie hablara de... Nosoträsh» (RCA). Ya tenemos el grupo y algunos indicios de por donde van a ir los tiros intelecto-musicales de Nosoträsh, a quienes las dificultades para reunirse por impedimentos laborales y de índole geográfica les lleva a titular su segundo disco como «Mi vida en un fin de semana» (Elefant), en la misma onda de pop sin adornos superfluos que cosecha excelentes críticas.
«Popemas» (Elefant) son veinte canciones breves en las que según Bea «nos planteamos hacer una anticanción, salir del concepto tradicional hacia la crudeza y desnudez del pop. Hacemos las canciones de manera muy natural, primero surgen y luego pensamos cuantas irán en el álbum, no al revés. Nacen de forma individual en las cocinas, casas y viajes de cada una». Se las suele comparar con Vainica Doble, pero ellas abren el abanico de sus influencias hasta Bjork, PJHarvey, Patti Smith o Billy Hollyday sin hacer de menos a Gloria Fuertes o Silvia Plath, porque «somos muy mujeriegas musical y literariamente hablando». Para esta ocasión se han relevado al micrófono, muy natural porque «no buscamos quien canta mejor cada canción probando todas las voces, sino que directamente la canta la persona adecuada. Si una canción es demasiado grave para Natalia, o queda más bonita con voz grave la canto yo (Bea), no queríamos renunciar a la espontaneidad y expresividad de Cova en «Corazón Colilla», casi ahogándose, era única para el espíritu de la canción, y Montse en «Polilla» está increíble». Ibón Errázkin (ex componente de Le Mans) ha sido el productor que le ha encontrado el punto justo a los veinte «popemas» de este disco definido por su guitarrista como «de salón, de tarde de domingo creativa, o de madrugada de coñac y chupitos, y muy personal claro, nadie ha metido mano en las letras de nadie».
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