Las víctimas se desmoronan
BLANCA TORQUEMADAMADRID. Un temor apenas esbozado hace pocos días por una persona estrechamente vinculada a la AVT («no quiero ni pensar que el Supremo rebaje la pena a De Juana») se ha convertido en
BLANCA TORQUEMADA
MADRID. Un temor apenas esbozado hace pocos días por una persona estrechamente vinculada a la AVT («no quiero ni pensar que el Supremo rebaje la pena a De Juana») se ha convertido en realidad y en un auténtico mazazo para las víctimas de ETA, que anoche expresaron a ABC su desaliento tras la decisión del Tribunal Supremo. Muchas de ellas ven en entredicho (y más aún cuando el etarra acaba de exhibir en «The Times» su obscena ausencia de arrepentimiento) la fortaleza del Estado de Derecho y la independencia del Poder Judicial, pilares en los que se viene sosteniendo su exigencia de memoria, dignidad y justicia.
Humillación
Singularmente agraviada (mejor dicho, hondamente abatida) se sentía tras conocer este fallo judicial la familia del concejal del Partido Popular Alberto Jiménez Becerril. Su hermana Teresa manifestó («desde un profundísimo dolor íntimo y humano, que nada tiene que ver con la política ni con las asociaciones de víctimas») que «quien haya consentido esta ignominia ha de saber que lo han conseguido: su risa, la del etarra, está siendo en estos momentos nuestro llanto». «No es impotencia lo que nos embarga -añade-, sino sensación de humillación, y mira que estamos acostumbrados a los atropellos en los dos últimos años. Las declaraciones del presidente del Senado el mismo día en el que el Supremo debía decidir, las fotos en «The Times», o que la vicepresidenta nos diga que no vamos de buena fe forman parte de un goteo de tortura al que se nos está sometiendo para que desistamos. Nos quieren minar y lo están consiguiendo. La madre de la niña asesinada en Santa Pola no ha ido a la última manifestación porque ya no puede más». Concluye, sin asomo de duda, que «desde que asesinaron a Alberto y a Ascen, nunca nos habíamos sentido tan desgraciados. Las víctimas jamás nos hemos tomado la Justicia por nuestra mano. Todas las que yo he tenido ocasión de tratar son buenas personas, y creo que si el etarra se hubiera arrepentido, tendríamos ahora otra actitud».
Nada más trascender la noticia, el presidente de la AVT, Francisco José Alcaraz, expresaba a este diario su profundo malestar ante un hecho «que, sinceramente, no me esperaba». Para Alcaraz, «resulta muy triste pensar que lo ocurrido no sólo estará celebrándolo la banda, sino también quienes han sacado la cara por este terrorista, el último el presidente del Senado, y antes Patxi López y el propio Gobierno. Hemos asistido a un bochornoso espectáculo de la presión a la que los socialistas y sus medios de comunicación afines han sometido al Tribunal Supremo».
«La situación es tan grave -añade-, que ahora debemos reflexionar y meditar en qué país vivimos cuando representantes de los ciudadanos se han dedicado a amparar públicamente a un asesino para el que no cabe reinserción porque no se arrepiente». Por eso, la primera impresión de la AVT es de una «tristeza y alarma» que dará paso «a movilizaciones inmediatas» que se concretarán cuando la entidad que preside analice la situación con más reposo».
Manuel Bermúdez, quien vio morir a doce compañeros guardias civiles en el más sangriento atentado de De Juana en la plaza de la República Dominicana de Madrid, calificó ayer de «lamentable», en declaraciones a Ep, la rebaja de la condena del etarra, y aunque recordó que «las víctimas llevamos acatando las decisiones judiciales desde que ETA empezó a matar», estimó que la verdadera responsabilidad de esta situación recae en la Fiscalía «que no ha ejercido su labor y ha optado por defender a este asesino en serie». Desde el recuerdo a sus compañeros asesinados, reprochó actitudes como la del presidente de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves, demandando clemencia para el etarra.
También Cristina Cuesta, portavoz del Colectivo de Víctimas del Terrorismo del País Vasco (Covite), se sumaba al desencanto por esta decisión «a la espera de poder analizarla más sosegadamente cuando sepamos con detalle en qué se ha fundado. Confiábamos en que se mantuvieran los 12 años». Cuesta recuerda a quienes consideraban «desproporcionada» la pena de doce años que «no les si se pone en relación con los tres mil años a los que fue condenado por ser un asesino múltiple. Además, no incurrió en un delito de opinión, sino en una amenaza terrorista, porque este individuo se ríe del sistema repetidamente».
«Quizá cambiar la Ley»
El presidente del Foro de Ermua, Mikel Buesa, prefiere «no criticar al Supremo, porque en el Foro no tenemos razones para pensar que haya actuado por razones distintas al cumplimiento de la Ley. Nuestra reflexión después de este resultado es que a lo mejor es la ley lo que hay que cambiar». «Más que a cuestionar al Supremo -opina- habría que denunciar la reducción de penas fraudulenta de la que se benefició en su momento este sujeto gracias a un expediente académico íntegramente falso en el que se reflejaban unos estudios que no había realizado. Una auténtica vergüenza contra la que posiblemente ya no se podrá hacer nada porque el asunto habrá prescrito».
Igualmente, hubo reacciones de los Cuerpos de Seguridad del Estado. El secretario general del Sindicato Unificado de Policía (SUP), José Manuel Sánchez Fornet, manifestó a Servimedia que esta reducción de pena al etarra José Ignacio de Juana Chaos es «la peor noticia que se podía dar a las víctimas y a las fuerzas de seguridad». Se preguntó «cómo alguien puede interpretar que las amenazas vertidas por una persona con el historial de De Juana no tienen una naturaleza terrorista».
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete