Álex Ubago: «Prefiero pecar de soso que de hortera»

Álex Ubago, ese caballero de triste y melancólica figura, cabalga de nuevo. Su ya alargada sombra dio un estirón hace dos años y logró sacar la cabeza entre la primera generación de «triunfitos» que copaba el mercado. Con su primer trabajo, vendió más de un millón de copias y ahora se enfrenta a su prueba de fuego. Entretanto, él permanece en un limbo de ingenuidad e inexperiencia, un lugar que no sabe si es «Fantasía o realidad», como el título de su nuevo álbum.
-¿Tiene miedo a no repetir el pelotazo?
-No me da miedo, pero tampoco espero vender siempre un millón de discos.
-¿Hay mucha presión?
-Hay presiones, muchas expectativas y un listón muy alto.
-¿El título de su disco, «Fantasía o realidad», es porque no se cree lo que le está ocurriendo?
-Para mí hace muy poquito esto era pura fantasía y la he hecho realidad. Pero he ido más allá, en el sentido de que muchos problemas del mundo son una realidad y verían nuestra vida como una pura fantasía. Me refiero a problemas relacionados con el hambre, la desigualdad, el racismo, los malos tratos, la manipulación de la información...
-Si se ha descolgado como un cantante comprometido, tendrá, como vasco, algo que decir sobre la paz.
-Vivo la situación en el País Vasco como todos, con preocupación, y con ganas de paz.
-Pero no se compromete.
-La opinión política es secreta y personal. A nadie le tiene que interesar lo que opine, con que interesen mis canciones es suficiente. Me da igual si el plan es de Ibarretxe o de pepito, lo que importa es la paz. Se pueden respetar todas las ideas, pero con diálogo. Sin armas y sin bombas.
-Pues escriba una canción por la paz.
-Lo he hecho, pero no ha entrado en el disco.
-¿Cómo lleva la popularidad?
-Intento que no se me vaya la olla demasiado.
-Le persiguen legiones de fans. ¿Piensa que usted es para tanto?
-No sé qué me verán.Soy el primer sorprendido cuando se cuelan en la habitación del hotel. Mi jefa de promoción ha tenido auténticos combates de boxeo con ellas. Y no, no creo que sea para tanto.
-Pero tiene que provocar satisfacción...
-Es algo muy mágico y muy fuerte que signifiques tanto para alguien. Yo no sé si quiero significar tanto. Hay otras cosas en la vida.
-Desprende un aire nostálgico, melancólico.
-Es la marca de la casa. Siempre estará ahí ese aire melancólico, es parte de mi voz, de mi expresividad.
-Se le criticó por inexperto y estático en sus actuaciones. ¿Ha aprendido a soltarse?
-Al principio era un poste agarrado a una guitarra. Uno va cogiendo soltura y confianza. Se me ha criticado por soso, pero prefiero pecar de soso que de hortera.
-Veintidós años, dos discos y una biografía. Un poco fuerte, ¿no?
-El libro que ha salido son mis vivencias, pero tampoco es una biografía. He contado mi historia en primera personas para aclarar las cosas.
-De las memorias a la exclusiva hay un paso.
-Mi vida privada la conservo para mí.
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