El Mercado de Enma: «Consolidación en el Aljarafe»
Se práctica una cocina de base tradicional, con una selección de producto interesante y al que le dan unos toques más actuales
El Mercado de Enma estrena look e introduce brasas y paellas en su carta
Sevilla es una ciudad cambiante, dinámica, pero cuyo crecimiento está acotado. Esto no pasa tanto en las localidades que tiene a su alrededor. Hoy nos vamos a Mairena del Aljarafe, un pueblo en plena expansión y donde vemos surgir nuevos restaurantes.
Pero hoy me ... voy a fijar en un establecimiento que lleva ya 13 años abierto y que además ha ido desarrollando otros modelos de negocio. El Mercado de Enma ya no es sólo un restaurante, sino que es además una tienda de comida para llevar, un lugar para hacer talleres de cocina y hasta un salón de eventos. Esta diversificación al menos a mí me sugiere la buena salud de la que goza el restaurante y su cocina de la que parte todo el resto.
El restaurante cuenta con un local muy amplio, una barra con varias mesas altas para picotear, un comedor contiguo en el que no hay realmente separación física y una terraza que en unos meses será muy agradable. La carta es amplia y además también tienen un extenso apartado de sugerencias del día. En ella se practica una cocina de base tradicional, con una selección de producto interesante y al que le dan unos toques más actuales.
Empezamos con su ensaladilla de atún 'estilo Enma', con una textura muy sedosa pero una ración excesiva para las dos personas que estábamos comiendo. Los restaurantes deberían ser más flexibles y permitir al cliente hacer medias raciones en los platos que fuesen posibles.
Seguimos con uno de los clásicos de la casa, su salmorejo especial, con una mojama semi curada de atún y almíbar de albahaca. Buenísimo, especialmente para mí que soy un gran aficionado a esta crema fría y la disfruté enormemente.
No es fácil encontrar en Sevilla una referencia a la popular bomba de la Barceloneta, por lo que no me resistí a pedir esta masa frita de patata rellena con carne y dos salsas. Una versión muy conseguida con una salsa picante que destaca positivamente.
Otro 'signature dish' es la coca de foie micuit caramelizada que presentan sobre un hojaldre y mermelada de puerros. Se trata de una reinterpretación de la clásica tosta, que está bien aunque yo la prefiero sobre una base de pan. El plato principal con el que terminé la comida fueron sus canelones, rellenos con un guiso de carne -no especifican cual- y bechamel. Son curiosas las referencias a la cocina levantina que me he encontrado, pero he de decir que la mayoría eran acertadas.
En conclusión, una buena cocina que no creo que decepcione a nadie pero que tampoco me sugiere nada más allá como para ir expresamente y repetir hasta al menos un tiempo después.
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