Omeraki
5 /10- Precio medio
- €
- Dirección
- Duque de Sesto,27
- Teléfono
- 91 088 03 27 Llamar
- Web
- www.omerakirestaurante.com

Cuando un famoso abre un restaurante congrega allí a sus seguidores, deseosos de ver en persona al personaje. Pero eso no garantiza calidad en la cocina. Es lo que ocurre con el decepcionante Omeraki de Alberto Chicote. Dedicado durante años a protagonizar programas televisivos, queda ya muy poco de aquel cocinero que hace cinco lustros sorprendiera en NoDo con platos de fusión de mucho nivel. Quienes, al margen de cuestiones gastronómicas, vayan para verlo, también pueden llevarse una decepción, porque no siempre está allí, televisión obliga.
Desde luego no estaba el día que comí allí. El que sí está siempre es Jesús Almagro, veterano y contrastado cocinero que hace lo que puede para salvar los muebles. El restaurante se ha instalado en un antiguo garaje con decoración cuidada, aunque el espacio, de techos muy altos, resulta algo frío. Dos cocinas vistas, una al fondo y otra en el centro del comedor, con las mesas (sin manteles) rodeándola. Solo hay dos menús degustación, corto y largo, que cambian con frecuencia.
Opto por el largo, con aperitivos, seis platos (con pescado y carne a elegir entre dos opciones), quesos y postre. Es de agradecer la amabilidad del equipo de sala, que da facilidades para que dos comensales puedan probar todas las opciones sirviéndolas emplatadas. Flexibilidad que es un punto positivo, como lo es una bodega bien pensada. En cuanto al menú, empieza mal y mejora algo con los platos fuertes. Demasiadas sombras y algunas luces. Para abrir boca un par de mantequillas y un buen ajo mortero que se prepara en la mesa.
Y a partir de ahí una sucesión de aperitivos desafortunados: bocado de vermú duro y excesivamente amargo, gunkan de tartar de bonito con alga inmasticable, croqueta de jamón que parece industrial… Se salva un correcto suflé con cecina de wagyu. Mejora un buen escabeche de zanahoria con mejillones irregulares, y muy bien el tomate semiseco sobre caballa marinada. Importante retroceso con una ‘royal’ de foie con mango de textura líquida en lugar de cremosa, el mango anulando al hígado y recubierto con una desproporcionada cantidad de semillas de amaranto.
Sigue un ‘chili crab’ de bogavante, complicado de comer y apenas picante. Eso sí, muy buena la patata que lleva para empapar la salsa. De los pescados a elegir, mero con una bilbaína oriental, pieza de calidad pero pasada de punto, y una sobresaliente armónica de atún -la parte bajo la espina dorsal- guisada con buen pisto. De largo el mejor plato del menú junto a un rabo de toro Wellington de hojaldre impecable. Lástima de algún huesecillo y de que la torta de patata que lo acompaña resulte seca y pasada de pimienta.
La otra opción carnívora era una paletilla de cordero embarrada, con buen punto pero poco sabor y una salsa que no se integra. Quesos bien seleccionados y una correcta tarta de manzana para rematar. ‘Cocinar sin límites’ es el lema de Omeraki. De momento, todo parece bastante limitado.
Menús degustación: 78 y 95 euros.
Cierra domingos noche y lunes.