Madrid

Kirei Las Cortes

7 /10
Precio medio
45€
Dirección
San Agustín (hotel Hilton Double Tree),3
Teléfono
91 737 19 22 Llamar
 Kirei Las Cortes

Kirei es la línea informal de los restaurantes Kabuki. Con un nivel de calidad alto, respondiendo a la filosofía del grupo, pero con precios más moderados. Tras el éxito del abierto en la T-4 del aeropuerto de Barajas, el modelo se extiende a la ciudad con este Kirei Las Cortes, en el hotel Hilton Double Tree de la calle San Agustín, a pocos metros del Congreso. Nada más cruzar el vestíbulo del hotel, demasiado próxima tal vez, encontramos una larga barra de sushi, tras la cual hay algunas mesas. Todo muy moderno y minimalista. La idea es que se pueda comer bien, en la línea marcada por Kabuki, pero sin que el precio medio supere los 50 euros por persona. Para ello se ha ampliado la carta, que además de los clásicos incorpora platos nuevos dirigidos a un público joven y pensados para que la factura final no suba.

Probamos la sopa de miso presentada como una sopa castellana, con huevo y pimentón. Además varios usuzukuris (pescados cortados en finas láminas) ya clásicos en Kabuki como el de rodaballo a la bilbaína o el de toro y pan con tomate y también uno de gambón recubierto con una salsa de su cabeza y acompañado de arroz blanco. Otro plato tradicional de Sanz es el bol de tartar de atún, versión divertida del arroz a la cubana con el atún macerado y acompañado de huevo, plátano frito, arroz y papas. Por supuesto, la carta incluye una larga lista de niguiris para elegir al gusto de cada uno. Estupenda la masa de los dimsum, entre los que sobresale el de bacalao y calamares al curry. Rico también el de merluza y salmón ahumado, mientras que el de rabo de toro, con escaso relleno, resulta falto de sabor.

Originales los futomakis. El mejor es el de pato con salsa hoisin. Los baos son novedad en la cocina de Sanz. Seis diferentes aparecen en la carta. Nos gusta especialmente el de kebab, a base de cordero asado, salsa de yogur y menta, y encurtidos. Y muy agradable el peculiar perrito Kirei, con pan de brioche que envuelve a una salchicha de wagyu. Los postres no tienen mayor interés. Y para beber, una carta de vinos seleccionada con criterio y que, como los platos, tiene precios contenidos.

No cierra.