Madrid

Fayer

7 /10
Precio medio
60€
Dirección
Orfila,7
Teléfono
91 005 32 90 Llamar
Web
www.fayer.com
 Fayer
Foto: Belén Díaz
Fayer Orfila 7,Madrid

Es un restaurante de cocina judía, pero llega desde Buenos Aires. Se trata de la sucursal madrileña de un establecimiento de éxito en la capital argentina y que recoge la larga tradición de la numerosa colonia judía que vive en aquel país. Una casa que combina algunos platos del recetario israelí, que en buena parte es muy similar a los de todos los países de Oriente Próximo, con la tradición argentina de las carnes a la parrilla. Pero, salvo mínimas excepciones, no se trata de una fusión entre ambas. Cada una tiene su presencia propia en la carta. Eso sí, la parte israelí es más numerosa y con mayor interés. Especialmente los «mezze», los populares entremeses, perfectos para compartir, y que en general resultan muy satisfactorios. Ahí están el clásico hummus (11), crema de garbanzos especiada, o el baba ganoush (11), crema de berenjena ahumada que aquí se sirve con granada. Dos buenas entradas que pueden acompañarse con el bagel de Jerusalén con crema de yogur (2,80) que se ofrece como aperitivo o con un pan de pita.

Junto a estas entradas frías tan mediterráneas hay otras calientes como el kibbeh (11,50), una especie de croqueta de carne picada de cordero, o el falafel (11), otra croqueta, en este caso de garbanzos que acompañan con labneh (crema de yogur) y tahina (pasta de semillas de sésamo). Correctas ambas. También caliente, procedente del horno, una buena empanada criolla (6), que está ya en la vertiente argentina de la carta. Del horno llega igualmente el lajmayin (15), una especie de pizza de masa fina con ternera especiada, tomate, tamarindo y, de nuevo, labneh. Sacada demasiado pronto del horno, la masa de la nuestra está casi cruda. Un pena. En el apartado de parrilla argentina, se incluyen cortes de entraña y de ojo de bife que proceden de allá.

Nosotros probamos la molleja ahumada con ras el hanout (19,50), francamente buena. Lleva como guarnición verduras encurtidas que mitigan la grasa. Una especialidad de la casa, para compartir entre varios, es el pastrón con hueso (49), un costillar de novillo curado durante varios días en especias, sal y azúcar, luego ahumado en frío y finalmente cocinado al vacío a baja temperatura durante un día entero.En los postres aparecen las dos caras de Fayer. Por un lado, el contundente baklawa (7) de almendra, pistacho y nueces.

Por otro, un no menos contundente panqueque con dulce de leche (7,50). Ambos aptos sólo para muy golosos. El local presenta una barra en la entrada, seguida de una escalera que da acceso a un comedor abierto, amplio pero bastante frío en su decoración. Atiende las mesas un amable equipo de sala que dirige Talia Bergman. Y para beber hay una aceptable bodega, con presencia de bastantes vinos argentinos.

Cierra domingos noche y lunes. Lo mejor: Los «mezze» judíos.