Berlanga
7.5 /10- Precio medio
- 60€
- Dirección
- Menéndez Pelayo,41
- Teléfono
- 913916886 Llamar
- Web
- https://restauranteberlanga.com/

Siempre me ha sorprendido la enorme afición de los madrileños por los arroces. Sin embargo, el nivel medio de los que se ofrecen deja bastante que desear. Salvo contadísimas excepciones, encontramos granos pasados o duros y fondos insípidos. Entre esas excepciones está Berlanga, un restaurante que abrió sus puertas pocas semanas antes de la pandemia justo enfrente del Retiro, en la avenida de Menéndez Pelayo. El nombre responde al apellido de su propietario y cocinero, José Luis García Berlanga, hijo del gran director de cine Luis García Berlanga. Este era muy aficionado a los arroces, afición que compartía con su hijo. José Luis ha desarrollado una larga actividad profesional en el mundo audiovisual, tanto en cine como en publicidad o televisión.
Sin embargo, su gran pasión ha sido siempre la cocina, especialmente los arroces, y a ellos se dedicó como profesor en la conocida escuela Alambique antes de abrir este restaurante, donde profesionaliza lo que era tan solo una afición que compartía con sus amigos. El local es muy amplio, con un comedor principal decorado con parte de la colección de libros del desaparecido cineasta. Al margen de apellidos, lo importante es que García Berlanga elabora unos arroces muy notables. Con un punto impecable -utiliza la variedad Albufera-, sin nada de grasa, capa fina y buenos fondos. Hasta doce diferentes elabora -entre 25 y 28 euros por persona-, si bien cuatro de ellos hay que encargarlos al menos tres horas antes.
Especialmente bueno el a banda, muy sabroso, que, como en casi todos los restantes, se acompaña con un alioli que resulta excesivamente suave. Destacables también el de gambones y puerros y el de presa ibérica con dados de tocino y pimiento verde. Arroces como protagonistas, pero la oferta de Berlanga va bastante más allá con una cocina sencilla y bien resuelta. El origen valenciano del cocinero y sus largas estancias en Mallorca tienen una destacada presencia en la carta. Así el ‘esgarrat’ con bacalao desmigado, de berenjena, cebolla y pimiento rojo (9,70), el ‘pambolí’ de estupenda sobrasada de Ses Salines con encurtidos (14,50), las alcachofas confitadas a la plancha (20,90) o los tacos de berenjena con romescu (10,80).
No todo es mediterráneo. Ahí están la chistorra de Arbizu (20,90), una buena ensaladilla rusa (14,50), las croquetas de jamón (15,50), el notable salmón marinado casero con eneldo y salsa de mostaza y miel (19) o unos boquerones de Málaga bien fritos (22). Casi todas estas entradas se sirven en medias raciones. Y para los carnívoros un buen steak tartar (24) que conviene pedir más picante de lo que sale habitualmente de la cocina. Una satisfactoria oferta para todos los gustos.
En los postres decepciona la torrija briochelle (8,5), gruesa y algo insípida. Mejor la tarta de queso sin gluten (9) o la tarta fina de manzana (8,50). Una aceptable carta de vinos -al arroz le van bien los rosados y los espumosos, y aquí están presentes- completa la buena impresión. No tanto un servicio de sala muy amable pero bastante despistado en ocasiones.