Madrid

Asia Gallery Lagasca

7.5 /10
Precio medio
60€
Dirección
Lagasca,82
Teléfono
91 613 16 61 Llamar
Web
https://asiagallerylagasca.es
 Asia Gallery Lagasca
Asia Gallery Lagasca Lagasca 82,Madrid

Renace de sus cenizas la alta cocina china, casi desaparecida en Madrid durante una larga temporada. A las aperturas de restaurantes tan ambiciosos como Don Lay o China Crown, de los que han tenido cumplida cuenta en esta sección, se une ahora la de Asia Gallery Lagasca, en el corazón del barrio de Salamanca. Algo más modesto en su decoración, pero con el mismo buen nivel de cocina que los dos anteriores. Una nueva apuesta del incansable y entusiasta empresario Roger Chen, que desde hace casi veinticinco años no para de abrir restaurantes en Madrid, desde aquel Zen Pozuelo que supuso un cambio radical en la oferta de cocina china, rompiendo muchos tópicos. Ahora regenta nueve restaurantes, entre ellos el Asia Gallery del hotel Palace, abierto en 2007, que da nombre también a este recién llegado y que ha sido el único comedor que ha mantenido la alta cocina china de calidad en estos últimos años.

En este nuevo Asia Gallery Lagasca, más desenfadado en su ambiente, mantiene esa línea de producto bien tratado, con puntos acertados de cocción, suaves toques de especias, cuidada presentación y precios razonables. Menos centrada, eso sí, en la cocina cantonesa y algo más orientada a las de Shangai y Sichuán, aunque con excesiva timidez en los puntos de picante que son característicos de la gastronomía de esta región del sur de China. Abrimos boca, como es preceptivo en tantas cocinas orientales, con una buena sopa, en este caso un reconfortante caldo de pollo de corral (10 €) con ginseng, col china y bambú. Fresca y picante (aunque sin excesos) la ensalada de pollo con setas oreja de madera (o de Judas) y un aliño de chiles y cilantro (12). Falla el rebozado, muy basto, de una vieira tempurizada (18) con mayonesa picante y patata china. Por el contrario, muy buenos los langostinos tigre glaseados con miel (22), a los que les sobran las nueces cantonesas que llevan de guarnición y que hacen más pesado el plato. Se mantiene el alto nivel de los dimsum de la casa madre. Por ejemplo los logrados Shangai dumplings (12), de cerdo ibérico y cangrejo. Y también la apuesta por pescados y mariscos de calidad. Estupenda la lubina al vapor (26), en su punto, con un ligero toque de jengibre, cebolleta y soja, lo mismo que el bogavante tempurizado (38) al estilo Bi-Feng-Tang (hay otra opción, salteado con jengibre y chalotas). Y por supuesto el buen pato pequinés (medio 45, entero 78), con la piel suelta y crujiente, para comer sobre las preceptivas crepes finas con salsa Hoisin, pepino y cebolleta. De postre, agradable y refrescante el surtido de frutas (7,50). Una carta de vinos breve pero bien seleccionada y algunos cócteles satisfacen la parte líquida de la comida.

No cierra.