Shakira, lo poco gusta y lo mucho cansa

Tal vez lo próximo será la llegada, en un avión de la Fuerza Aérea Española, de Puigdemont a Barcelona, que paseará en Rolls descubierto, enviado por una de esas acaudaladas familias que están deseando ser independientes, por las calles de Barcelona, pronunciará el clásico «ja soc aquí», como en su día lo hizo Josep Tarradellas y fijará su residencia en el Palacio Real de Pedralbes, porque la Casa de los Canónigos y el Palacete Albeniz le parecerán poca cosa y necesita espacio después de haber estado agobiado en Waterloo con tanto séquito y tan poco jardín.

Le recibirán a pie de escalerilla don Miguel Octavio, que se postulará como enlace de la Nación Opresora, acompañado de los que han mandado hasta ahora, porque ellos saben que el recién llegado se los va a cargar, pues «el vencedor» llega con facturas para casi todos. Y alguna otra deuda que saldar con sus incondicionales a los que compensará con prebendas, favores y ciertos poderes en pago a su mantenimiento de estos años de autoexilio. Este podría ser el pasaje real de una triste historia para algunos, pero que se nos vende como moderna, progresista y avanzada.

Alberto Núñez Feijóo lo intentó, pero le faltó equipo y estrategia. Le sobraron buena voluntad, exceso de confianza y se confundió porque los planteamientos de Galicia debían haberse quedado en Galicia. Una lástima.

Javier Moro ha escrito un nuevo libro que titula 'Nos quieren muertos', donde narra la historia del político venezolano Leopoldo López y de su familia en su lucha contra el régimen de Nicolás Maduro. Batalla perdida y futuro incierto para quien tuvo que salir huyendo del país por salvar su propia vida y la de su familia. El escritor tendrá que pensar en un libro nuevo, esta vez sobre España, si no se llega a perder el nombre, cosa que podría suceder en no muy largo plazo de tiempo. Yo habría nacido en Galicia, viviría en el Reino de Castilla y veranearía en la República Catalana, si los mallorquines no se ponen firmes y no admiten tonterías.

Mariluz Barreiros me hace llegar el libro que ha editado la Fundación Eduardo Barreiros con motivo de su XXV aniversario sobre la vida del empresario y la historia de su imperio automovilístico. A través de sus páginas se contempla, además de su impresionante trayectoria, la de España relativa al automovilismo, hasta nuestros días.

Y Shakira sigue grabando canciones contra la familia del padre de sus hijos. Ahora le ha tocado el turno al padre de Piqué. Lo que puede ser gracioso en un principio, llega un momento que cansa, aunque económicamente pueda ser rentable para la cantante. Urge un cambio de registro.