Revelada la ocasión en la que Mohamed Al-Fayed se propasó con Lady Di

Hace unas semanas, el escándalo del magnate Mohamed Al-Fayed salía a la luz al ser acusado por las víctimas de haberlas violado y acosado sexualmente. El documental de la BBC 'Al-Fayed: Predator at Harrods' expone, mediante los testimonios de las sobrevivientes, la impunidad del dueño del lujoso Harrods, cuyos actos contenían «algunos de los elementos más horribles», según uno de los representantes legales de las víctimas de la extravagante figura de la élite británica, que, aunque encantador en el trato en público, escondía un lado oscuro.

El escándalo no es nuevo como sí lo son el número de presuntas víctimas que se han sumado a la denuncia de los hechos tras la muerte del empresario en 2023, puesto que ya no tendrían miedo a las repercusiones. Antes de los 2000, 'Vanity Fair' ya recaló en los posibles comportamientos inapropiados de Al-Fayed con las mujeres y la cadena 'ITV' revelaba los primeros relatos de víctimas con las que Mohamed se había propasado. Hace siete años, las voces de más víctimas salían a la luz.

Los días pasan y las víctimas que revelan el secreto del empresario son cada vez más. Su conducta no estaba oculta, pero no tuvo entonces la repercusión que tiene ahora. Un exempleado de la tienda Harrods ya declaró que era «consciente del abuso a las mujeres» cuando trabajó en ella pero nunca sospechó que el multimillonario había llegado al extremo de las agresiones sexuales. Ahora, un nuevo testimonio ha revelado que los actos de Mohamed Al-Fayed también habrían llegado a la Casa Real británica y los Windsor, quienes siempre tuvieron bajo sospecha al magnate.

Ha sido el mayordomo de Lady Di quien ha revelado que Al-Fayed se propasó con su jefa en varias ocasiones durante su relación con el heredero Dodi Al-Fayed, cuya trágica muerte junto a la Princesa se empeñó en esclarecer tiempo después. Tal y como ha contado para 'The Mirror', Paul Burrel esperaba dentro del coche a la Princesa en una ocasión cuando ella entró apresuradamente en el interior del vehículo tras haberse reunido con Mohamed. «Ella salió corriendo de su oficina y me dijo, y estas son sus palabras exactas, que él dijo: 'Quiero que te cases con mi hijo porque en la tradición egipcia, el padre va primero'», cuenta el mayordomo, quien prosigue afirmando que Al-Fayed incluso le propuso que mantuvieran una relación sexual.

Sobre esto, afirma, Diana bromeó en estado de 'shock' con el mote que se otorgó al empresario egipcio por su parecido con un famoso personaje de la saga de películas 'Star Wars'. «¿Te imaginas haciendo el amor con Yoda?», relata Burrel que dijo la Princesa, quien también llamaba al magnate que en ocasiones la tocaba sin su consentimiento 'Dios' por el inmenso ego que denotaba. Esta acusación de Lady Di sobre una indecencia de Mohamed con ella no es la única que ocurrió a lo largo de su vínculo que entablaron tras conocerse durante su matrimonio con Carlos III, y compartir diversos eventos benéficos.

El magnate invitaría a la Princesa y a sus hijos a su barco y allí se enamoraría de su hijo Dodi, con quien fue inmortalizada en unas fotografías que dieron la vuelta al mundo por lo que suponían. Tal y como aseguró el biógrafo de Al-Fayed en 2023 para 'The Independent', el de Harrods cortejó «durante mucho tiempo» a la Princesa, y después de su divorcio fue su «confidente y protector», llegando a decir él incluso que Diana de Gales «estaba buscando al hombre adecuado que pudiera compensar lo que le faltó durante su infancia». Durante el tiempo que estuvieron vinculados amistosamente, Al-Fayed envió a Palacio continuamente regalos de su tienda a Lady Di con furgonetas que ella devolvía y que los mensajeros volvían a traerle a pie.

Es, sin duda, el papel que jugó Harrods en los hechos de su dueño lo más sorprendente del caso, puesto que la empresa permitió y facilitó el «abuso sexual generalizado», según se indicó en la rueda de prensa de la presentación del reciente documental. Esta inacción ha llevado a los abogados de las víctimas a demandar por lo civil a Harrods, puesto que el comunicado de consternación por las acusaciones de las vícitmas no es suficiente para reparar el daño y las secuelas psicológicas provocadas por el empresario que instauró en su tienda un miedo latente entre sus trabajadoras. «Está claro que estableció una cultura tóxica de secretismo, intimidación, miedo a represalias y conducta sexual inapropiada», afirmó un trabajador de Harrods.