La Reina de Suecia, en el ojo del huracán

Dos días después de la publicación del libro que ha puesto en brete a la Corona sueca por una supuesta vida licenciosa del Rey Carlos Gustavo, el «Expressen» nos sirve una nueva bomba al recoger en su portada que «ahora llega un libro igualmente escandaloso sobre la Reina Silvia». Una pseudobiografía, redactada por las mismas plumas envenenadas que escribieron la escabrosa historia sobre el Rey, titulada «Silvia, drottning till varje pris» (Silvia, Reina por encima de todo).
Pero, por mucho que hayan husmeado en la vida de Silvia de Suecia, ni la fantasía más aguda puede imaginar qué han podido encontrar de censurable en la vida de esta consorte modelo. Tal vez dirijan sus malignos dardos a su progenitor, Walther Sommerlath, un industrial que se dice perteneció al partido nazi, o critiquen los toques y retoques faciales de la Reina, pero de lo que ya nadie duda es que toda esta movida está orquestada por los republicanos, que quieren a toda costa «cargarse» la Monarquía.
Pero esa jugada podría tener el efecto contrario. Una última encuesta demuestra que los ciudadanos siguen encantados con su Familia Real y que con una actitud típicamente nórdica se encojen de hombros como si no pasara nada y «perdonan» los «pecados» de su Rey.
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