Qué regalar al Rey Carlos III por Navidad: libros sobre jardinería victoriana y miel, pero nada que sea caro o extravagante

Si alguien siente el legítimo impulso de enviarle un regalo al Rey Carlos III por Navidad, el exmayordomo real Grant Harrol ha dado las claves en 'The Mirror': le gustan los libros de jardinería y cualquier cosa que tenga miel, pero odia los regalos caros y extravagantes. Al final parece un tipo como otro cualquiera.

Grant Harrold ha tenido a bien dar sus mejores consejos sobre qué regalarle a un hombre que aparentemente lo tiene todo. Y lo que más le gusta es algo práctico, divertido y, lo más importante, asequible. «El rey odia que le regalen algo extravagante y caro. Se sentiría avergonzado si alguien le gastara una fortuna. Diría: 'Eso es encantador, pero realmente no deberías haberlo hecho'. Por eso, en Navidad, solía regalarle libros sobre jardinería victoriana o productos a base de miel porque sé cuánto le encanta la miel», ha relatado.

El exmayordomo ha asegurado que la familia real tiene costumbres mucho más básicas de lo que se cree. «Todo el mundo da por sentado que la realeza solo compra en las tiendas más elegantes, pero van a las mismas tiendas que nosotros. No digo que nunca vayan a Harrods. Se dice que la difunta reina hizo allí algunas compras navideñas con su prima (la duquesa de Kent) en los años 50, pero a menudo pasaba por las tiendas de su barrio en el pueblo de Ballater, cerca de Balmoral. La realeza disfruta de las gangas», ha destacado.

Por ejemplo, parece que la Princesa de Gales, Kate Middleton, no se resiste a una buena oferta y se la ha visto comprando regalos de última hora en The Range, en King's Lynn. Junto con el Príncipe Guillermo, ha sido vista de compras por Bakers and Larners, unos grandes almacenes famosos por sus deliciosas cestas de regalo y sus productos rústicos.

Más previsora suele ser la Reina Camila, quien siempre adquiere sus regalos con anticipación. No le deben gustar las multitudes. Suele aprovechar sus viajes oficiales para pasarse por mercadillos y adquirir cosas que luego regala por Navidad.

Aunque para recursos, los que tenía la Reina Isabel II. Ella tenía un método de compras navideñas realmente único, según explicó en su día su ayudante personal Paul Burrell. Se instaló una especie de minitienda en un salón del castillo de Windsor, por donde se pasaban diferentes comerciales de tiendas con una selección de casi todo lo que tenían en existencia. Esto le permitía a la reina elegir regalos con total tranquilidad y en cualquier momento.

«En el pasado, las tiendas cerraban para la Princesa Diana. Eso ya no sucede. La realeza es muy discreta. Siempre tienen un guardaespaldas para protegerse, pero la gente no los reconoce porque no esperas ver a un rey o a una futura reina curioseando en tu tienda local», explica ahora Grant Harrol en su entrevista para 'The Mirror'.

Pero es que también resulta que la comodidad de las compras online también ha llegado a Buckingham Palace. «Los más jóvenes, sobre todo, son muy hábiles con las compras por Internet, lo que hace que las compras navideñas sean más fáciles», afirma Grant.

Eso sí, otra cosa es lo de envolver las cosas. «Puedo imaginar fácilmente a Kate, Guillermo e incluso a Ana envolviendo sus propios regalos, pero no al rey. Él hará que alguien lo haga por él», confirma su exmayordomo.

La realeza es conocida por reunirse a las 6 de la tarde el 24 de diciembre en Sandringham para intercambiar regalos, una tradición que se remonta a la costumbre alemana de Heiligabend Bescherung. Los regalos se muestran en una mesa larga cubierta con un mantel blanco y cada montón está marcado con una tarjeta con el nombre. Y allí aparece Carlos, esperando un buen libro de ficus y un rico hojaldrito con miel.