La razón por la que Máximo Huerta no ha sido padre

Ayer por la noche, Máximo Huerta (52 años) acudió como invitado especial en 'Las tres puertas', el programa de entrevistas de María Casado, como parte de la gira promocional de 'La Librería de Doña Leo', el local que el periodista ha abierto recientemente en Buñol (Valencia), lugar en el que se crio.

Hace tiempo que el escritor abandonó su piso en la capital para instalarse en el lugar que le vio crecer para cuidar de su madre, Clara Hernández (52 años), a la que está tremendamente unido.

Nada más llegar a la entrevista, el exministro de Cultura y Deporte felicitó a la comunicadora por su reciente embarazo de su primera hija junto a su pareja, Martina diRosso. Momento en el que Casado aprovechó para preguntarle por qué no se había animado a convertirse en padre él también. «Me parece una responsabilidad porque ahora es un bebé pero luego será un adolescente y luego irá a la universidad y me parece una responsabilidad enorme ser padre... Lo de educar no me pone y eso que yo quería ser maestro. Tuve un profesor, don Melchor, que me marcó mucho», comenzó relatando Huerta.

«Yo sé que hubiera sido un buen padre, pero ya sería un padre muy viejo», añadió. «Yo tendré a Daniela con 45 y es una maravilla», le interrumpió María Casado. «Pues me da un poco de envidia, mira qué sonrisa«, respondió él.

Sobre la demencia que sufre su madre y que le ha obligado a abandonar Madrid para instalarse con ella, Máximo confiesa que a veces es muy duro pero que aún así se siente pleno: «Me tiene a mí, aunque a veces no sepa que soy yo. A veces no le puedo calmar el dolor. No hay opción cuando la cabeza ya se ha ido», dijo visiblemente emocionado. «Cuando comenzó el 2023 mi madre me dijo 'qué pena que mi hijo no esté aquí'. Se fue a la cocina y me llamó yo estaba en el salón, le cogí el teléfono y le conté que estaba en una fiesta. Es mejor mentir. Cuando volvió me dijo 'Rafa, porque para ella soy su hermano, está en una fiesta pero está bien'... He sido su cuidador siempre», contó sobre el traumático momento que vivió la pasada Nochevieja.

Pese a todo, está agradecido con su nueva vida: «Tengo la ayuda de mi pareja, voy a la psicóloga, tengo buenas amigas y buenos colegas que me rodean y me sacan para respirar, pero te sientes mal. Como cuidador piensas que se va a ir en ese rato que tú no estás», además «en Madrid hay mucho ruido, y ahora me molesta. La vida la he gastado, el pueblo me da paz y estoy mejor», reconoció.