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MAESTRO DE GRANDES EVENTOS

Ramiro Jofre: «Tamara Falcó me pidió una boda del gusto de su padre»

Pese a que se retiró de celebrar enlaces hace cinco años, el organizador de eventos accedió a la de la hija de Isabel Preysler por la existencia de una «larga relación de amistad con ella y su familia»

Tamara Falcó e Íñigo Onieva: el 'sí, quiero' mejor pagado de la historia en cifras

Ramiro Jofre GTRES

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Considerado el número uno en organización de eventos el último reto de Ramiro Jofre fue la boda de Tamara Falcó e Iñigo Onieva y eso que lleva años retirado de celebrar enlaces y dedicado sólo a eventos profesionales. La excepción fue la excusa para hablar con este grande del lujo y buen gusto que valora la educación y rompe su conocida discreción para revivir algunos de los grandes momentos de su biografía.

—Su antetítulo sería «un hombre discreto» que huye del protagonismo pero esta vez no se me escapa. ¿Cómo llegó al mundo de los eventos?

—Mis comienzos se remontan al colegio… En mis años de estudiante ya me gustaba organizar y enredar con los desfiles de fin de curso y las obras de teatro. En ese tiempo conocí a Alfredo Caral, un diseñador muy querido por la sociedad, y en su taller estudio que estaba debajo de mi casa descubrí ese mundo apasionante con apenas 16 años. Fue muy generoso y paciente conmigo dejándome que le ayudarle en los desfiles. Fue como empecé en el mundo de la moda. Reconozco que el tiempo más feliz de ese mundo fue el que pasé junto a mi amigo el peletero Miguel Marinero y sus hijos con los que hice verdaderas producciones teatrales sobre la pasarela.

—Tuvo la suerte de vivir la época dorada de un Madrid que combinaba el lujo y el entretenimiento con una elegancia que hoy apenas queda en algunos salones.

—Viví los ochenta y los noventa intensamente. Me encantan las discotecas como Joy Eslava, Pachá, Oh Madrid!, Archy, Rock Ola… Mi amistad con Sergio Trapote me llevó hasta su padre, el empresario del ocio Pedro Trapote que ha sido mi gran mecenas y valedor al darme la oportunidad de trabajar y expresarme libremente. Primero fue en Joy Eslava y después en Pacha durante más de 12 años.

—Trapote fue una de las personas que apostó por su talento pero no el único. Por suerte pude vivir también esos años dorados donde nos sorprendía con sus creaciones en las fiestas más sonadas de la capital.

—En esos años aparecieron en mi vida don seres únicos: Jean Louis Mathieu, mi mentor y quien descubrió mi esencia, el ADN de mi trabajo. El lujo, la alta costura, las claves de la sociedad española y de fuera… Me abrió lo mejores salones, embajadas, talleres de costura, palacios… Tenía acceso a todo y complicidad con todos. Mis años a su lado han marcado mi sello y la manera de entender este mundo que cambia ahora más deprisa de lo que a veces podemos asimilar. La otra persona fundamental es la princesa Beatriz de Orleáns con quien conocí la «grandeur» francesa y los verdaderos códigos del lujo y la aristocracia. «Para hacer lujo hay que conocerlo y vivirlo» me decía. Siempre le estaré agradecido. En estos años cuento con la amistad y complicidad de mi amigo y socio Alfonso Martínez con quien hemos creado Somos Experiences nuestra nueva realidad con más de 300 profesionales produciendo eventos únicos para la empresa, corporaciones, comunicación y por supuesto el lujo.

—Durante muchos años se decidió también a las bodas pero hace tiempo lo dejó a un lado hasta que llegó Tamara Falcó y le pidió que se encargara de la suya.

—Hace años decidimos dejar las bodas y en mi caso concreto porque me quitaba mucho tiempo de estar con mis padres que estaban mayores y delicados. Las bodas te exigen estar el fin de semana y dedicación absoluta y por eso hace cinco años las dejé aparcadas salvo cuando el compromiso es muy grande. Con Tamara lo que pasó fue que había una larga relación de amistad con ella y su familia y entendí que su ceremonia necesitaba ayuda a todos los niveles y delegar en alguien que les diera seguridad y discreción.

—¿Tamara e Iñigo le pidieron algún capricho especial para su enlace?

—Lo bueno es que los dos están muy al día de todo y hasta nos han dado muchas ideas de cosas que veían y nos sorprendían. Lo único que Tamara me pidió es que su boda fuera coherente con el palacio de El Rincón, con los recuerdos de su infancia, con el jardín de siempre… Hoy las bodas se han convertido casi en festivales pero aquí se buscó algo divertido para su gran fiesta pero sin perder el sabor de la tradición. Se trataba de hacer la boda que le hubiera gustado a su padre. Realmente lo más importante que hizo junto a su hermano Manolo fue poner en actualidad el jardín de El Rincón que han tardado meses en tenerlo en perfecto estado.

—¿Es verdad que Isabel Preyser también estuvo muy pendiente y opinando en los preparativos?

—La preocupación de Isabel fue que todo saliera bien y la comodidad de los invitados pero siempre fue muy consciente de que era el momento de Tamara e Iñigo por eso ha estado cuando se la necesitaba pero muy respetuosa con sus decisiones. La verdad es que trabajar a su lado es muy fácil porque todos tienen una educación maravillosa y eso se nota en que hasta a la hora de llamarnos han respetado mucho nuestros horarios y jornadas de trabajo.

—¿Una boda como la de Tamara es muy cara?

—Hoy todo cuesta un dineral. Cuando haces una boda o una fiesta te das cuenta de cómo están los precios. En este caso particular al ser en una finca de su propiedad piensa que hay que montar todo, hacer una pequeña ciudad para un día, y eso requiere de mucha gente y medios.

—¿Qué le dijeron después de la boda?

—Estaban muy contentos. Se quedaron agotados porque tienen muchísima presión. Yo veía como cada cambio o decisión nueva generaba una titular con polémica y confieso que no sé cómo aguantan tanta presión. Al día siguiente de la boda nos llamaron para decir que estaban felices y hace pocos días lo han vuelto a hacer.

—¿Habrá mas bodas post Tamara?

—Estoy retirado pero supongo me tocarán algunas como las de mis sobrinos o los hijos de íntimos que siempre me repiten que cuentan conmigo por eso nunca podré decir que es la última.

—¿Ha hecho eventos para la Casa Real?

—Hay eventos de mi trabajo en los que acuden los Reyes o la Reina Sofía como pueden ser los premios Princesa de Asturias o el premio BMW de Pintura. Pero directamente con la Casa hasta la fecha no.

—¿Su gran evento?

—El aniversario de Joy en los jardines de Oñate de Aranjuez. Se juntaron muchas emociones. Si vamos a lo último pues la exposición y venta de la colección alta joyería de Cartier a nivel mundial que se realizó en el palacio de Liria durante un mes.

—¿Hay trabajos que rechaza?

—Cuando no creo en el proyecto.

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