Quién es Adrián Vicente, taekwondista español en los Juegos Olímpicos de París: de un gimnasio en Alcalá de Henares a ser el segundo del ranking mundial

Con tres años ya practicaba kárate, mientras veía a Van Damme o Jackie Chan en la televisión. Y a los doce apuntaba maneras para el tawkwondo, pero no se percató de ello hasta que fue a ver una exhibición. Fue entonces cuando le picó el gusanillo. Pretende que España repita las 22 medallas de los Juegos Olímpicos de Barcelona 92 y tiene buenas vibraciones en los resultados que puede conseguir su equipo en esta cita olímpica.

Vicente es una referencia junto a su compañeros en el taewkondo. Destaca en su joven historial una medalla de oro conseguida en los Juegos Europeos de Cracovia 2023 y la medalla de bronce en el Campeonato Mundial de 2023. Y como anécdota, especialmente por las victorias de su compañera Adriana Cerezo que es también una de las grandes esperanzas junto con la que empezó en un gimnasio de Alcalá de Henares, algunos se refieren a ellos como 'los adris'.

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Javier Asprón

Sin embargo, a los Juegos de Tokio llegó tras una agria polémica federativa que dejó fuera a Jesús Tortosa y pasó él a ocupar la plaza que quedaba. Los insultos y las críticas por redes sociales eran constantes, pero él aprendió a enfocarse en el entrenamiento y no tanto en la repercusión mediática. Una situación que le ayudó a madurar. Y para estos juegos viene según sus palabras «perfectamente preparado» y con serias opciones de conseguir una medalla. Y aspira siempre al mayor grado de exigencia.

Conjuga su entrenamiento con la practica del yoga y pilates, pero ha confesado que su familia es su gran apoyo. Es más, al menos veinte personas lo van a acompañar en estos juegos, «me encanta mirar a la grada y ver a cada uno de ellos», ha señala en Radioestadio Noche. También estudia Educación Infantil e INEF. Y desconecta paseando con sus perros o tomando un vermut.

En estos Juegos, Adrián Vicente se marca un doble objetivo, tal como comenta a la Federación, por un lado, «mostrar el rendimiento de estos años atrás» y, por otro, aunque ligado con el primero, «que ese rendimiento se refleje en la ansiada medalla olímpica y, por qué no, logre ser campeón olímpico».

Reconoce que el podio es un sueño con el que se levanta cada día. «Todas las mañanas me veo en lo más alto del pódium, con una sonrisa de oreja a oreja, con los ojos llorosos, sonriendo y saludando a mi familia y amigos, quienes estarán ahí apoyándome», explica a la Federación.