Las primeras palabras de Joana Sanz tras la condena de Dani Alves: «No sólo hay lágrimas de tristeza»

La modelo culpa a los medios de comunicación de complicar «mucho mi paz mental»

Joana Sanz obvia la condena de Dani Alves a 4 años y medio de prisión y sigue con su vida

Joana Sanz y Dani Alves gtres

F. B.

Madrid

En la mañana del pasado jueves 22 de febrero, la Audiencia de Barcelona condenó a Dani Alves a cuatro años y medio de cárcel y otros cinco de libertad vigilada por la violación a una joven de 23 años en la discoteca Sutton, la madrugada del 30 al 31 de diciembre de 2022. Además, el brasileño tendrá que indemnizar a la víctima con 150.000 euros y no podrá acercarse a ella durante nueve años y medio.

Aquel día, su exmujer, la modelo Joana Sanz, se encontraba totalmente centrada en su trabajo como modelo. Y es que tan sólo unos minutos antes de que se conociese públicamente la condena al exfutbolista, la joven publicó dos stories a su perfil de Instagram en los que se le podía ver preparándose para el rodaje una campaña publicitaria para la que llevaba dos días trabajando. Un nuevo proyecto que le obligó a instalarse durante unos días en Maspalomas (Gran Canaria), donde la firma escogió un lujoso chalet con unas impresionantes vistas al mar para grabar el shooting.

Sin poder desvincularse por completo de su anterior vida junto a Dani Alves, la maniquí ha vuelto a utilizar sus redes sociales para publicar un escrito en el que culpa a la prensa de los problemas en su salud mental. «Tenerife sigue siendo difícil para mí… Fueron días muy tristes a pesar de que tengo muchas personas que me quieren allí. Me da tristeza no poder ir a tomarme un barraquito con mi madre o llevarla a la playa. No pude aguantar las lágrimas al sumergirme en el mar recordando sus ojos verdes pardo o su risa. Es extraño, pero tenía la sensación de que la corriente del mar me abrazaba», ha comenzado diciendo la canaria, tan sólo cuatro días de que si hiciera efectiva la condena del futbolista.

«Pasé por Barcelona a besuquear a mis peludos, pero los medios de comunicación complican mucho mi paz mental. Me acorralan por fuera de mi casa y hasta se me cayó el teléfono al suelo rompiéndose la pantalla (gracias). Por lo que me fui a Madrid y pude ser un poquito feliz en medio de todo el caos. Gracias a las personas que me levantan del suelo y me recuerdan que no solo hay lágrimas de tristeza», ha añadido, antes de finalizar comentando que «esta es mi segunda semana trabajando 'in a row', a algunos les molesta, pero ya saben esa frase de 'la que puede, puede; y la que no…' ¿Cómo es que sigue?».

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