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Pedro Ruiz: «Las personas que me gustan no las persigo y las que me persiguen no me gustan»

El presentador, que vuelve a TVE, habla con ABC de de sus proyectos profesionales, de lo que piensa de los políticos y de la muerte

Pedro Ruiz da la puntilla a Jorge Javier Vázquez tras el fin de 'Cuentos chinos': «No celebro el mal de nadie, pero...»

Pedro Ruiz GTRES

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Pedro Ruiz vuelve a TVE y lo hace en un momento especialmente dulce para el ente que está viviendo un momento de audiencias imparables. Será por un día pero con posibilidad de repetir.

—Casi veinte años sin pisar TVE y ahora vuelve no sé con qué cuerpo.

—Dejé 'La Noche abierta' el 29 de enero de 2004 por lo que son casi veinte años. En este tiempo he presentado proyectos pero hasta ahora no me han escuchado. Hoy sí, cuando me preguntan por qué no estaba en televisión la respuesta es que no era por mí. Será un único programa, un hola he vuelto, y ya se verá si hay más. Produce El Terrat pero dirijo y escribo yo. Es un programa sin pretensiones pero con intenciones de autor.

—¿Qué Pedro veremos?

—Es un plato combinado con conversaciones, comedias y canciones. Se estrenarán canciones de otros, habrá sorpresas y muchos guiños. Naturalmente recurro a mi forma de conversar como artista y cuento con dos invitadas que son Dulceida y Rozalén y un tercero que desconozco su identidad y con el que hablaré sin papeles. Creo más en las conversaciones a primera piel que en las entrevistas que son emboscadas.

—No todo el mundo tiene sus recursos para improvisar.

—No me interesa el morbo sino sacar un trocito del alma y poner confortable al invitado. El titulo es 'Nada del otro mundo' que es una manera de decir que no vengo a presumir. Ya estoy de vuelta de muchas cosas y el que anuncia que va a hacer la hostia al final se la pega.

—Pues muchos se están dando buenas leches con el público.

—Mi intención es recuperar un modo de divertir sin ensuciar.

—Además llega en un momento dulce para TVE.

—La caída de Telecinco evidentemente le ayuda. Hay un agujero que se reparten las otras cadenas pero prefiero no meterme en esas historias. Sin querer hacer dogma creo que a la tele le falta algo. Lo que si te digo es que yo no uso pinganillo ni pronter ni nada. Hay una persona viva a la que le salen las cosas como es y es que a mi no me 'okupa' el cerebro nadie.

—En redes se ha vuelto muy activo a la hora de opinar.

—No soy políticamente muy incorrecto pero hoy me gratifica no tener razón ni tener que convencer a los otros. Siempre he sido muy escéptico. Estamos aquí un rato, esto es un decorado. Sabes que nunca he querido tener hijos porque no quiero poner más vidas en manos de estos locos y respeto al que piense de otra manera. El sentir de la vida es jugar sin hacer daño. Estoy en el punto en que me doy risa hasta yo.

—Siempre le han definido como un muy buen hijo y suele recetar en sus comentarios que cuidemos a nuestras madres.

—Desde los 18 años a mis amigos les decía que llamaran a sus madres porque algún día querrán hacerlo y no estarán. No tengo complejo de Edipo ni nada de eso. Cuando mi madre se puso enferma hice lo que ella hubiera hecho por mí, no tiene mérito. Más lo tiene cuando ganas 1.000 euros al mes porque poder y no querer es lo peor.

—¿Echa de menos el amor?

—Estoy en un punto de la vida en que las personas que me gustan no las persigo y las que me persiguen no me gustan. No quiero forzar nada. Soy muy libre y respetuoso y el hecho de no querer tener hijos me ha condicionado. Nunca me he visto inscrito en una vida estandar.

—Hablar de política es algo del pasado.

—Es un artículo que no consumo y me da pereza. Es un tiempo perdido. Te diré que el tiempo que muchos le dedican podían dárselo a sus padres o hijos. No condeno a los políticos pero pienso que solo son los pastores de los ricos para manejar los rebaños.

—¿Y quiénes son los ricos?

—Los que no salen en la foto.

—A todo esto sigue con su gira de teatro por España.

—Voy a pasar por cerca de treinta ciudades.

—¿Prefiere hacer reír o llorar?

—Me gusta hacer sentir después de hacer reír. La risa relaja mucho y ya he corregido ser tan intenso como en el pasado.

—¿Le da miedo morir?

—Mi muerte no. Sí la de la gente que quiero. Sin ser pesimista me atrevo a decir que a mis 74 años soy un privilegiado y hace 35 que no me hago una analítica. Pienso si soy de plástico. Pero incluso así te aseguro que no volvería a nacer porque no entiendo el sentido de las cosas. No lo paso mal porque tengo inquietudes y no dependencias. Te repito que no le encuentro el sentido a la vida. Será porque no tengo Fe y por eso no espero premio o castigo. O que he reflexionado y creo que no somos tan importantes. Solo somos una anécdota del Universo.

—No deja de ser una visión triste de la vida.

—Pero sí tengo entusiasmo en lo que hago y en mis proyectos. Con 14 años escribí una obra de teatro que titulé 'Si lo sé no nazco'. Ese pensamiento ha ido madurando del mismo modo que a los 10 años decidí no tener hijos. Fue después de mi Comunión cuando vi a unos señores ancianos con el bastón y entendí que ese era el final. La vejez es muy triste. No la siento y supongo que la tendré pero el aparcamiento de los viejos como seres que molestan me parecen muy duro. Por eso sé que la vida es una película que termina mal.

—¿Ha pensado en decidir el día que se quiera ir?

—Quiero tener el derecho a la eutanasia cuando llegue el momento. Mis planes son a largo plazo pero ese derecho es fundamental. Con esto te diré que nunca he tenido una depresión ni sé lo que es. Cuando me dicen que vaya a un psicólogo contesto que no quiero ir a curar a un señor que no conozco. He vivido momentos duros pero no he requerido ayuda. Será porque soy muy exigente.

—¿Sigue hablando con el Rey Felipe?

—Solo fui un día a hablar con él de la misma manera que en 1978 fui a conversar con Don Juan Carlos. Con Felipe mi reunión fue un año y medio antes de recibir la Corona. A veces me los he encontrado en el cine a los Reyes.

—¿Qué tal se lleva con la era digital?

—Creo que la inteligencia artificial es el fin de la libertad del hombre. El dictador más grande del planeta nunca ha sabido todo lo que se sabe hoy de la gente. Todo el mundo deja en la nube absolutamente su vida. Por eso yo sigo con teléfono analógico y memorizo los teléfonos. Es una actitud. Sé casi doscientos números. No necesito almacenar fotos ni nada. He hecho mi muro de limpieza para este mundo.

—Es el Robinson Crussoe de la era digital.

—Hay más como Leo Harlem, David Trueba, Sabina… no es cuestión de ser moderno sino de tener una decisión. No quiero que me impongan lo que no me gusta.

—Su estilo de vida es lo que hacen hoy los millonarios cuando van de vacaciones.

—No nos han enseñado a estar solos y por eso se necesitan tantas cosas. Otra cosa que no hago es ir a lo tanatorios y lo hago por respeto a los muertos porque se ha convertido todo en un circo. Hay una excitación por la nada que no comparto.

—¿Y qué le excita?

—Esta charla. Tirarme a la piscina. Ir al cine o teatro. Lo de toda la vida y lo más sencillo. Nos faltan sencillez y honradez, la asignatura pendiente en política. Confieso que nunca he votado, ni en el colegio, como tampoco voy a manifestaciones salvo la de Miguel Ángel Blanco. Es muy sucio ver una sesión del Congreso hoy. No se debe generalizar entre individuos pero no me interesa su dinámica.

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