Nacho Guerreros «Mis únicas ataduras emocionales son mis padres y mis amigos»
El actor lleva cinco temporadas con su obra 'Juguetes rotos'. Nos habla de su estilo de vida sano y de su particular forma de viajar
Nacho Guerreros (Coque): ««La que se avecina» es una caricatura de la sociedad actual»
Cómo el Gordo de la Lotería cambió la vida a Nacho Guerreros, Coque en «La que se avecina»
![El actor Nacho Guerreros durante un posado en Madrid](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/gente/2023/07/19/nacho1-RJ6uisQgo2OtKADOIhoJOeI-1200x840@abc.jpg)
Arde Madrid, pero Nacho Guerreros se refugia todas las tardes en el Teatro Pavón, donde se entrega a una función con la que lleva cinco años cosechando éxitos y premios: 'Juguetes rotos', «una obra pionera sobre la transexualidad en la que el público sale con el corazón encogido. No puede dañar a nadie porque está contada desde el amor«. Es la cuarta temporada en la capital. Le pasa como cuando se pone en la piel de Coque en 'La que se avecina', la serie que tanta popularidad le ha dado: «Cuando los personajes están hechos, resulta fácil meterse en su piel. Es la ventaja de los trabajos de largo recorrido, ahí reside la magia». A Nacho, la televisión le permite meterse en proyectos teatrales más arriesgados. Pero, sobre todo, «de lo que estoy orgulloso es de haber hecho de mi vocación mi profesión. Llevo 20 años viviendo de lo mío«.
Para ello hace falta tener una voluntad de hierro, mucha disciplina. Y Nacho la tiene: «A los 45 años decidí que quería ser empresario y cambié de vida radicalmente. Ahora me acuesto a las 22.30 horas y me levanto a las seis de la mañana. No fumo, no bebo, tengo una vida muy ordenada. Hago mucho deporte y eso conlleva un estilo de vida sana, con una dieta. Como además padezco colon irritable, el tema de la alimentación para mí es importante. Cuando viajo, busco que el hotel tenga gimnasio o haya alguno cerca. Incluso me estoy preparando para una carrera de obstáculos muy exigente. El deporte me sirve de meditación«.
De pequeño, Nacho sabía que quería ser artista: «En realidad, yo jugaba a ser presentador. Veía las noticias y hacía entrevistas. Me encantaban los 'Estudio 1', no me los perdía«. Y tiene manías de artista: »Soy muy ordenado. Mucho, En mi casa no entra nadie con calzado. Al teatro llego dos horas antes de la función, repaso el atrezzo, repaso el texto, hago mis ejercicios durante 30 minutos y me pongo música mientras practico mi respiración. Todo este ritual es sagrado«.
No se considera un romántico: «Para nada. No me gusta sufrir. Prefiero vivir sin ataduras, como ahora mismo. Las únicas ataduras emocionales que tengo son mis padres, mis amigos, pero ya está. Me gusta ser libre». A Nacho le da paz «el silencio, estar solo en casa -o en buena compañía- o ver documentales. Y le saca de quicio «casi todo, porque si lees los periódicos, alucinas. La gente se cree que tienen derecho a decir lo que quieran de cualquier forma, olvidando que yo tengo derecho a no escucharlos».
La foto: Un parisino más
Hace dos años, Nacho se embarcó en una aventura parisina: se apuntó al Laboratorio del Actor y estuvo tres semanas viviendo una experiencia inolvidable: «Cuando viajo me gusta sentirme un ciudadano, no un turista. Alquilé un apartamento, me apunté al gym, iba al supermercado, me paseaba por las calles, iba al teatro y a los museos… Me encanta París, su día a día, se come a la una y se cena a las seis. Disfruto cuando me sumerjo en la vida de las ciudades. He descubierto que no son tan diferentes a nosotros: tienen una intensa vida social, con sus 'after work' en los 'bistrots', con las terrazas a rebosar«.
![Nacho Guerreros durante su estancia en París](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/gente/2023/07/19/nachoparis-U03244772386iAB-624x350@abc.jpg)
La única pega es que Nacho no puede disfrutar de todos los manjares que le ofrece 'la ciudad de la luz': «Es una pena que sea intolerante a la lactosa, porque París está lleno de queserías«. Le ha pillado el punto a los parisinos, que son muy suyos: »Les gusta que les hables en su idioma, y siempre te corrigen. Pero si ven que te esfuerzas son más amables. Me gusta que respeten las distancias«. Uno se imagina al actor sentado en el Marais o el Montmartre sin perder detalle de lo que ocurre en sus calles: »Me gusta estudiar la ciudad, la gente, sus gestos, cómo hablan, cómo se mueven… Aprendo mucho«. Suponemos que luego formarán parte de su inspiración para un personaje.
Nacho viaja siempre con tapones: «Tengo acúfenos y no puedo soportar el ruido, pero me adapto a todo». Y no tiene miedo a viajar solo: «Tenía 23 años la primera vez que lo hice. Fue en un puente de mayo a Cáceres. Me encantó la ciudad, tan monumental. Ese viaje me marcó y desde entonces me atreví a viajar solo, que es la mejor manera de conocerse uno a sí mismo». Aunque en los viajes también hace amigos: «En París en más complicado, porque aunque la ciudad es muy cosmopolita, la gente no se fía a la primera. He estado hace poco en Colombia de gira con 'Juguetes rotos' y es mucho más fácil conectar con ellos por una cuestión cultural«.
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