Michael J. Fox: «El Parkinson ha sido mucho más emocionante que mi carrera»
El actor estrena un documental en el que aborda detalles íntimos sobre su enfermedad
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![Michael J. Fox](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/gente/2024/02/02/fox-RkVxrdgPP7VfjVLY00edh9L-1200x840@abc.jpg)
La historia de Michael J. Fox (62 años) es una historia de superación. En plena adolescencia abandonó sus estudios para mudarse a Los Ángeles en busca de su sueño. Al principio la suerte no estuvo de su lado, hasta tal punto que durante un tiempo se vio obligado a buscar comida en los contenedores de basura. Todo cambió radicalmente tras conseguir un papel en la serie 'Family Ties' ('Enredos de familia'). Su papel como Alex P. Keaton le lanzó a la fama, aunque el estrellato llegó tras protagonizar la película 'Regreso al futuro'. Después llegaron otras producciones como 'El secreto de mi éxito', 'El camino difícil' o 'Víctimas de la guerra', aunque sin mayor notoriedad.
El actor se casó con su compañera de reparto en 'Family Ties', Tracy Pollan (63). El verano pasado cumplieron 35 años de matrimonio. Juntos forman una de las parejas más estables de Hollywood con el apoyo de sus cuatro hijos, Sam Michael (34), las gemelas Schuyler Frances y Aquinnah Kathleen (28) y Esmé Annabelle (22).
![Michael y Tracy](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/gente/2024/02/02/tracy-U24477586217mCS-760x427@abc.jpg)
Estaba en la cima de su carrera profesional, sin embargo todo se torció cuando un día de 1989 su dedo meñique empezó a temblar. Con tan sólo 29 años le diagnosticaron Parkinson, una enfermedad cuya esperanza de vida rondaba los 10-20 años. Más de treinta años después, el actor da las gracias cada día por seguir con vida. «Cuando me diagnosticaron la enfermedad de Parkinson en 1991, mi mujer, Tracy, y yo aún no habíamos cumplido los 30, estábamos recién casados, teníamos una hija pequeña. Han pasado 30 años y a estas alturas estoy hecho a la enfermedad, más o menos. Hace tiempo que asumí que no tengo el control sobre mi cuerpo. Comprendí que lo principal era hacer acopio de adaptabilidad y resiliencia», relató Michael J. Fox en sus memorias, 'No Time Like The Future' ('No hay mejor momento que el futuro'), publicadas en enero de 2022.
El intérprete ocultó sus problemas de salud al público durante casi diez años, mientras lidiaba en privado contra la enfermedad y la depresión. No fue hasta 1998 cuando decidió hacer público su diagnóstico y dos años más tarde creó la Fundación Michael J. Fox para ayudar a la financiación para la investigación del Parkinson.
Documental
Una historia de superación que se ve reflejado en 'Still: A Michael J. Fox Movie', un documental dirigido por el cineasta y ganador del Premio Oscar en 2007, Davis Guggenheim, en el que el actor aborda detalles íntimos sobre su enfermedad: «Yo era grande. Era más grande que un chicle. Me desperté y me fijé en mi meñique. Enfermedad de Parkinson. Le di la noticia a Tracy. 'En la salud y en la enfermedad', recuerdo que susurró. Nadie fuera de mi familia lo sabía», recuerda el intérprete. Un documental en el que también aborda la época en la que tomaba pastillas de dopamina para ayudar a combatir los primeros síntomas de la enfermedad. «Valor terapéutico, comodidad: ninguna de estas razones me llevaron a tomar esas pastillas. Solo había una razón: esconderme», reconoce Fox. «Me convertí en un virtuoso de la manipulación de la ingesta de drogas que tomaba para alcanzar el punto máximo exactamente en el momento y el lugar correcto», añade.
Esta semana, con motivo de la gira promocional, el actor ha concedido una entrevista con el diario 'The Guardian' en la que confiesa que todavía vive «atormentado». En ella, la periodista Catherine Shoard revela que el rostro del actor se muestra más apagado, «lo que puede dificultar la conversación, a veces murmurado», aunque «cuando sonríe, es profundamente conmovedor». Sobre su lucha contra la enfermedad, Fox asegura que «simplemente es lo que es. No me venció. Ojalá fuera algo heroico. Lo odio. Apesta. Es un pedazo de mierda. Es difícil levantarse por la mañana y seguir adelante. Pero tengo una familia hermosa y una casa llena de trofeos». Y aunque es considerado como un ejemplo de superación, «no me interesa la hagiografía. No estaba interesado en ser considerado ningún tipo de santo o mártir», e incluso confiesa que la enfermedad lo salvó en lugar de descarrilarlo. Casi al mismo tiempo que le dijo a la gente que padecía esta enfermedad, tuvo la misión de deshacerse de ella. «Se convirtió en mi único propósito. Y entonces esa fue la respuesta. No tuve tiempo de pensar en ello. Y el Parkinson ha sido, con diferencia, lo más emocionante: mucho más que mi carrera», reflexiona.
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