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Ni Miami ni Gstaad ni Dubái: Borja Thyssen y Blanca Cuesta se quedan en España

El matrimonio desmiente a su entorno que vayan abandonar sus casas de Madrid y Andorra. Mientras, la baronesa Tita le vende su coche a Luis Miguel Rodríguez

Tita Thyssen: «Cualquier hombre que llegara a mi vida ahora, sería un error»

Borja Thyssen y Blanca Cuevas seguirán viviendo en España GTRES
Pilar Vidal

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Miami, Gstaad y ahora Dubái son las ciudades a las que se ha dicho se podrían mudar Borja Thyssen y su mujer Blanca Cuesta junto a sus cinco hijos; Sacha, Enzo, Eric, Kalah e India. «Estamos muy bien, agotados de tanta mudanza», comenta, entre risas, la pareja a una fuente cercana a este periódico. Y es que, al parecer, el matrimonio no tiene pensado mudarse a ninguno de estos destinos. Blanca y los niños seguirán viviendo en Madrid donde ellos están escolarizados y tienen a todos sus amiguitos en el colegio americano. Mientras que Borja irá y vendrá de Andorra, donde tiene establecida su residencia fiscal y donde debe permanecer al menos 90 días. Esto es algo que el hijo de la baronesa Thyssen cumple a rajatabla, ya que se ha visto las caras varias veces con el Ministerio Fiscal, que le acusaba de defraudar a la Hacienda pública, aunque siempre ha conseguido demostrar que no estaban en lo cierto.

El matrimonio muy celoso de su intimidad no quiere desvelar si han adquirido un nuevo terreno en la lujosa urbanización de La Finca donde van a construir su nueva casa ni tampoco si tienen como inversión un piso en Dubái. Lo que sí aseguran es que, en caso de acometer el cambio de domicilio, de momento seguirán en su actual casa. Y si se confirma que lo que ya han estrenado es el piso de unos ocho millones, que adquirieron hace unos años en Gstaad y cuya reforma ha tardado más de lo esperado.

Tampoco se han pronunciado sobre las polémicas declaraciones de la baronesa Thyssen hace unos meses en 'Espejo Público', en las que dejó entrever que podía haber decidido apartar a su hijo Borja de la gestión del museo en favor de su hija Carmen. Fuentes cercanas aseguran que Borja continúa con la tradición familiar de coleccionar obras de arte. De hecho, el año pasado coincidiendo con el 30º aniversario del museo Thyssen-Bornemisza, de cuyo patronato forma parte, mostraron algunas de sus últimas adquisiciones contemporáneas, centradas en ocho pinturas hiperrealistas de cotizados artistas.

Sobre la afirmación de la baronesa de que ha cambiado varias veces de testamento, tal y como ha podido saber ABC, estos cambios no tendrían que ver con la fluctuación de la relación personal entre Borja y su madre, ni con ninguna intención de desheredar a nadie, sino que responde más bien a efectos fiscales y de nacionalización tanto de los herederos como de la testante que resultan mucho más atractivos que en nuestro país. Y es que Borja tiene pasaporte suizo, mientras que sus hermanas Carmen y Sabina, tienen nacionalidad americana y la propia baronesa la española-suiza.

Adiós al Rolls Royce Phantom

Últimamente se ha visto mucho a la baronesa compartir mesa con Luis Miguel Rodríguez, propietario de Desguaces La Torre. Ambos se han encargado de desmentir que entre ellos haya algo más que una buena amistad desde hace años. Pero al parecer, estos encuentros han dado sus frutos y tal y como confirma Luis Miguel a ABC, ya habría convencido a Tita de que le venda una de las joyas de su lujoso parque automovilístico, el Rolls Royce Phantom, regalo que le hizo el barón antes de morir. Se trata de un modelo creado en 2003 y capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 5,9 segundos y que alcanza la velocidad máxima de 240 km/h. El primer año que este modelo salió al mercado solo hubo 253 personas en el mundo con capacidad económica para comprarlo.

El vehículo Roll Royce Phantom

Y aunque muchos cifran su valor en 600.000 euros, Luis Miguel aclara que ahora mismo su valor no llega a los 100.000 euros. «Tiene el valor de la exclusividad del modelo, pero sobre todo de quien es su propietaria. Espero que dentro de poco este expuesto en el museo del automóvil del desguace». El empresario está feliz con esta adquisición y con la posibilidad de reactivar su museo ubicado en Torrejón de la Calzada (Madrid), donde cuenta con unas instalaciones de más de 240.000 metros cuadrados. Y es que Luis Miguel se vio obligado en 2020 a subastar más de 200 vehículos de su colección privada para obtener liquidez con la que hacer frente a su millonaria deuda con Hacienda. Ahora parece que el negocio le vuelve a sonreír y ha decidido volver a invertir en una de sus pasiones, la de coleccionar coches únicos.

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