El mensaje que dinamita la relación entre el Príncipe Harry y William

Cuando aún no se ha cumplido un mes de la emisión de 'Harry y Meghan', la serie en la que los duques de Sussex abordan todos los obstáculos a los que han tenido que hacer frente desde que se hizo público su noviazgo, el Príncipe Harry ha concedido dos incendiarias entrevistas -a las cadenas ITV y CBS News- en las que explica su actual relación con la Familia Real británica. Todo esto a tan solo una semana de la publicación de 'Spare', su libro autobiográfico que saldrá a la venta el 10 de enero.

El marido de Meghan Markle ha confesado que su familia no ha mostrado «ninguna voluntad de reconciliación» y su deseo de «tener de vuelta» tanto a su padre, el Rey Carlos III de Inglaterra, como a su hermano, el Príncipe William. Lejos de quedarse ahí, en el adelanto de las entrevistas, que verán la luz el próximo domingo, Harry expresa, en lo que parece ser una alusión a su familia, que «sienten que es mejor mantenernos de alguna manera como los villanos. Quiero una familia, no una institución».

Pero sus comentarios no han cesado ahí. El duque de Sussex asegura que ha mostrado su malestar, en privado, pero que «cada vez que he tratado de hacerlo ha habido filtraciones a la prensa e historias inventadas contra mí y mi esposa» mientras añade que «ellos -el Palacio de Buckingham- hablan con cualquier corresponsal y este escribe literalmente lo que le digan». Además, explica que «durante los últimos seis años, nos dijeron 'no podemos publicar una declaración para protegerte', pero luego sí lo hacen por otros miembros de la familia, llega un punto en el que ese silencio es una traición».

Si la docuserie que protagonizaron en Netflix creó un cisma sin precedentes en la Casa Real británica, las memorias del Príncipe Harry podrían terminar de dinamitar la relación. Es más, según el adelanto de ITV todo indica a que el duque de Sussex abordará detalladamente el motivo de su distanciamiento con el Príncipe William después de confesar en 'Harry y Meghan' que el primero en la línea de sucesión al trono británico rompió la promesa que le hizo de nunca filtrar historias sobre él o informar sobre conversaciones privadas en la oficina de su padre.