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Mayra Gómez Kemp: la herencia de la mujer que se enfrentó a Chicho por cobrar menos que Joaquín Prat

Compañeros y admiradores se despidieron de ella ayer en el tanatorio de San Isidro de Madrid. Sus cenizas serán esparcidas junto a las de su marido Alberto

Todos los detalles de la capilla ardiente de Mayra Gómez Kemp: tres horas para despedirla

De izquierda a derecha; Chicho Ibáñez, Mayra Gómez Kemp y Joaquín Prat GTRES
Pilar Vidal

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La presentadora cubana falleció a los 76 años, el pasado 13 de octubre en un hospital madrileño donde fue trasladada en estado crítico tras sufrir un derrame cerebral por una segunda caída en su domicilio del barrio de Argüelles en la capital. Diez días antes había conseguido reponerse de otra aparatosa caída de la que fue rescatada por los bomberos, tal y como ella misma relató en su última intervención televisiva en el programa 'Y ahora Sonsoles' de Antena 3. «Estoy muy magullada porque pasé más de 20 horas en el suelo. No había nadie. Tenía que haber tenido a alguien que pudiera llamar, pero no tenía a nadie. Me llevaron al hospital en ambulancia, me han dicho que no tengo nada roto, pero me duele todo», relató. Nada hacía presagiar que serían sus últimas palabras.

Su única familia directa viva; una hermana mayor Georgina, contable de profesión afincada en Miami, con la que tenía pensado pasar las próximas navidades y dos hijastras, Roxana y Viviana Berco, fruto de un matrimonio anterior de su marido, residentes en Buenos Aires (Argentina), a las que siempre quiso como unas hermanas más que como unas hijas. «Nunca he ejercido de madrastra, más bien me he sentido como una hermana mayor», decía la presentadora siempre que le preguntaban por su relación con las hijas de su marido.

Ellas fueron las que pusieron la voz de alarma al no poder contactarla. «Sin mi papá, Mayra siempre se sintió muy sola porque era su vida. Por supuesto que tanto su hermana como nosotros le dijimos que se viniera a Buenos Aires, pero no, aquí la gente la amaba y allí no es lo mismo». Así, zanjaba Roxana la polémica sobre la soledad, al parecer voluntaria de la presentadora, de la que su familia sí estaba pendiente.

La burocracia ha sido el motivo por el que sus restos mortales han permanecido cinco días en el Instituto Anatómico Forense de Madrid hasta que llegó a través del consulado de España en Miami, una autorización de su hermana Georgina para que sus hijastras pudieran hacerse cargo de todo el proceso funerario. Lamentablemente por problemas de salud, Georgina, no ha podido viajar a Madrid para dar el último adiós a su hermana. «Mi hermana es la única que no heredó la vena artística familiar, es un ser especial. Aunque tenía todo a su favor para haberme odiado desde pequeña siempre me protegía y celebraba mis éxitos. Nunca, nunca le molestaron», confesó Mayra en sus memorias '¡Y hasta aquí puedo leer!' (Plaza & Janés).

Tampoco Viviana ha podido viajar hasta la capital para dar su último adiós a Mayra, a la que visitó hace muy poco. Al frente de todas las exequias y del papeleo ha estado Roxana, 68 años, actriz y actualmente directora y profesora de arte dramático en su academia Berco Teatro en Buenos Aires. La pandemia les impidió a ella y a su hermana Viviana despedirse de su padre, Alberto Berco, que falleció de un paro cardiaco el 18 de enero de 2021, a los 91 años de edad. Ese día se paró la vida para Mayra que, aunque intentó seguir con su vida no le encontraba sentido a esta sin él. Vivía anclada en el dolor y el recuerdo de tantos buenos momentos vividos.

Mayra Gómez Kermp y su marido Alberto Berco

En 1975, Mayra se quedó embarazada de él en plena temporada 'The Rocky Horror Show' en el teatro. La inexperiencia no le hizo valorar que se trataba de una función muy física y perdió al bebé. Al día siguiente de practicarle un legrado estaba de nuevo en el escenario. Tardó mucho tiempo en recuperarse de los daños emocionales tal y como ella misma relató en sus memorias. Después renunció a la maternidad por el éxito televisivo y porque su marido había caído en una depresión y le iba a necesitar. También Alberto sacrificó su prolífica carrera por seguir a Mayra. Fue un pacto entre ambos. Uno de los dos seguiría al que le fuera mejor. Llevo muchos años sus contratos y sus finanzas.

Flechazo inmediato

Ambos se conocieron en un estudio de doblaje en Madrid, para ella fue un flechazo inmediato, pero tenía 25 años y Alberto, 45 años y eso era un obstáculo para él insalvable. Hasta que Mayra que incluso adelgazó para gustarle más consiguió hacerle ver que tenían más en común de lo que pensaban. Los dos eran muy caseros, huían de los grandes lujos, les encantaba el cine, cocinar y viajar. Su luna de miel fue en Groenlandia y en enero de 1994 dieron la vuelta al mundo a bordo del Canberra durante tres meses y medio. Alberto la convenció de que la calidad de vida estaba en el centro y no en las afueras de Madrid donde intentaron convencerla de que comprase un chalet allá por los 80. Ese dúplex en la zona de Argüelles propiedad de ambos (ella un 70% y su marido un 30% del valor tal y como consta en la nota simple del registro de la propiedad), dato avanzando por Luis Pliego, director de 'Lecturas' es lo único que tenían en común, además de una cuenta bancaria más que saneada. Si de algo presumió Mayra es de haber ahorrado para cuando vinieran las vacas flacas, aunque plantó cara a Chicho Ibáñez Serrador porque a ella le pagaban menos que a Joaquín Prat -que por entonces presentaba 'El precio justo'- por ser mujer y se aseguró la jubilación haciéndose autónoma porque algunos de los trabajos que tuvo no consiguió acreditarlos en la Seguridad Social.

«Llevaba desde los 13 años trabajando cuando me contrataron de azafata de televisión una marca de cigarros para poder ganar un dinerito y me podía permitir el lujo de decir no a algunos proyectos. Los sacrificios me dieron la base para un futuro económicamente tranquilo», confesó. Ahora esa herencia irá parar a manos de su hermana y de las dos hijas de su marido porque como ella misma decía «siempre hemos hablado de lo nuestro, no ha existido lo suyo y lo mío».

Trayectoria histórica

Cuando recibió el premio Iris a Toda una Vida por su trayectoria histórica en 2013 de manos de sus compañeros de la Academia de Televisión reconoció que su mayor galardón había sido trabajar en lo que le gustaba y tener éxito en ello. Aunque de su curriculum profesional siempre se destacó el 'Un, dos, tres' tuvo otros éxitos como 'Luna de miel' o como monologuista en 'El show de Flo' y se sintió muy cómoda pasando a ser colaboradora en Aragón TV y como invitada a programas. Siempre consideró como hermanas a Beatriz Carvajal y Fedra Lorente compañeras de su etapa en el exitoso concurso y también a Luis y Luisa Armenteros y sus queridos Christa y su marido Juan, a los que cita con cariño en sus memorias. Se quejaba del vestuario del 'Un, dos, tres' que la hacía más mayor de los 35 años que tenía y es que Chicho se empeñó en diferenciarla de las provocativas azafatas. Algo que siempre le recriminó.

Ávida por aprender y buena estudiante

Mayra siempre fue la más joven de su clase, ávida de aprender, tenía buena memoria y estudiaba mucho. Su padre la crio como a un chico y siempre le dejo claro que el sexo no era impedimento para llevar a cabo lo que quisiera. Algo que llevó a la práctica siempre. En agosto de 1992 en pleno huracán Andrew tuvo que despedir a Velia, su madre, actriz muy popular y querida en Estados Unidos. »A pesar de la edad experimenté un gran sentimiento de orfandad, el único amor incondicional se había ido para siempre», expresó. Consiguió plantarle cara al cáncer dos veces, ese que la obligó a volver aprender a hablar y a no poder volver a comer muchos de los platos que le gustaban.

En los peores momentos de la enfermedad me he deprimido y me he rebelado, pero jamás he tomado una pastilla para levantarme el ánimo». Sin embargo, en su última entrevista en 'El Faro' de Mara Torres en la cadena SER anunció su retirada. «Quiero que la gente se acuerde de la Mayra que vio, la que tenía una dicción casi perfecta y la que se veía joven y guapa». Este viernes por la tarde compañeros y admiradores de la presentadora le dieron el último adiós en un breve velatorio de tres horas en el tanatorio de San Isidro. Sus cenizas serán esparcidas en el mismo lugar que las de su querido Alberto, para poder así hacer juntos su último viaje.

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