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María del Monte relata con pavor la angustiosa noche del robo en el 'caso Tejado'

El programa '¡De viernes!' emitió su y emotiva declaración por el juicio en el que se encuentra acusado su sobrino

Su testimonio reflejó la diferencia en el trato recibido de los asaltantes respecto a Inmaculada Casal y su hija

El cumpleaños más triste de María del Monte 

María del Monte, ayer, en el día de su 62º cumpleaños. GTRES

A. B. BUENDÍA

Es el relato de una mujer sufriente ante un juez durante el violento robo que sufrió en su casa y por el que actualmente se está celebrando el juicio contra su sobrino. En otras palabras: la declaración de María del Monte en el 'caso Antonio Tejado', que ofreció en exclusiva '¡De viernes!' y puso los pelos de punta a toda la audiencia.

El programa ya había anunciado que venía con carne fresca y no defraudó a sus fieles. Lo que traía una gran exclusiva que iba a ofrecer luz y taquígrafos en el caso de Antonio Tejado, actualmente en prisión por su presunta participación en el robo de la casa de su tía.

Telecinco ha tenido acceso a la declaración que hizo ante el juez María del Monte, que precisamente ayer cumplió 62 años, y su mujer, Inmaculada Casal, de 60 años, un relato tan desgarrador como esclarecedor de los hechos y que muestra no solo la tensión que vivió la familia, sino la diferencia de trato recibido por parte de las asaltadas.

La cantante ya ha manifestado en varias ocasiones que confía en la justicia y su colaboración está siendo absoluta. En este tiempo, no ha querido hacer ningún tipo de declaración sobre la presunta implicación de su sobrino, lo que le está provocando no poco dolor.

Antonio Tejado está siendo procesado al ser considerado por el fiscal como el presunto ideólogo e instigador del robo a la vivienda de su tía, motivo por el cual se encuentra encarcelado desde febrero sin opción de fianza. No obstante, el sobrino de María del Monte sigue defendiendo su inocencia.

La exclusiva de '¡De viernes!' arroja muchas luces a un caso al que cada vez le quedan menos sombras. María del Monte recordó ante el juez todos los sucesos de aquella fatídica noche de agosto en la que la familia sufrió un violento atraco con ellos dentro en su casa de Sevilla.

«Esa noche, sobre las 4:30, en la casa se produce un ruido que yo no oigo. Me despierta ver a Inmaculada intentando sacar a alguien y gritando: '¡Qué hace, qué hace!'. », comenzaba el vídeo sobre aquella noche.

«Esto es un robo»

A continuación llega el testimonio de Inmaculada: «Deja a la niña (uno de los asaltantes) y corriendo me coge por los brazos, me lleva y me tumba en la cama y me dice: 'Esto es un robo'. Me pone la almohada encima de la cabeza y me dice: 'Te quedas ahí'. Luego empieza a presionarme. En el momento en que ya me quitó las manos de arriba, pude respirar con tranquilidad».

Tras esta declaración, llena de violencia, María del Monte ofrece detalles esclarecedores y que muestran el diferente trato que los asaltantes ofrecieron a la tonadillera comparado con el recibido por su mujer y su hija.

«Me sentaron en la cama. Un pánico, una taquicardia, se me salía el corazón por la boca. Le pregunto a una de esas personas que si puedo beber agua porque no me encuentro bien y me dice que sí y me la da», explicó la cantante. Nada que ver con la violencia vivida con su mujer.

La caja fuerte

Uno de los momentos más angustiosos es el relato sobre cómo abrieron la caja fuerte. Los asaltantes gritaban enfurecidos porque la hija de Inmaculada no podía abrirla. Incluso confundieron la caja fuerte con un frigorífico pequeño que tenía de color rojo, el cual llegaron a abrir para corroborar que era cierto lo que le estaban diciendo María del Monte.

Continúa la tonadillera: «No puede abrir la caja, empiezo a notar que se ponen más nerviosos. La niña ha bloqueado la caja, se oía. Ahí ya empiezo a sentir pánico. Yo me levanto como buenamente pude. Cojo la llave de la caja fuerte, se la entrego y le doy la combinación. Hay alguien que se me dirige y me dice: 'Tienes tres minutos para abrir la caja fuerte o me llevo a la niña y la mato'». Fue uno de los momentos más terribles de aquella noche.

«Yo no podía abrir la caja por la tensión. Tenía a dos detrás diciéndome: '¡Abre la caja!'. Pido que se fueran porque si no no iba a poder abrir la caja. Cuando la abro, este señor deposita en el suelo una especie de bolsa de deporte. Al soltarla suena a cosas metálicas. Cuando yo abro la caja mi mente lo único que pensaba es: '¿Y ahora qué?'», explicaba la tonadillera ante el juez.

Solo se pudo relajar levemente cuando comenzó a escuchar por fin el silencio de su casa, cuando pudo salir al recibidor a reencontrarse con su familia y comprobar que todos estaban bien después de vivir la peor noche de sus vidas.

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