La lucha de los amigos de Marujita Díaz por mantener vivo su legado
A contrario que la familia de la artista, que no ha hecho nada para que su memoria no desaparezca
Nostalgia de Sara Montiel y Marujita Díaz
Marujita Díaz
Es bastante probable que el nombre de María del Dulce Nombre Díaz Ruiz no signifique nada para la mayoría, sin embargo es el nombre y los apellidos de la artista Marujita Díaz. El legado de su persona ha quedado, para siempre, como parte de la historia contemporánea de España. Es reconocida como una de las grandes folclóricas de los tiempos recientes. En junio de 2015 un cáncer de colon -contra el que luchó cuatro años- apagó su voz. Este sábado la artista habría cumplido 92 años y sus allegados íntimos luchan por mantener vivo su recuerdo.
David Cuevas y Jorge Molina, íntimos amigos de la cantante, en conversación con ABC declaran: «Le tenía miedo a la muerte y siempre trataba de evitar el tema, pero ni ella misma esperaba morirse tan pronto». Han quedado, por desgracia, algunos proyectos inconclusos por los que tenía un gran interés. «Era de ese tipo de personas que no pueden ni quieren jubilarse», recuerdan. «En una de nuestras últimas conversaciones nos comentó que quería escribir sus memorias, pero no como artista sino la persona que había detrás». «Tengo la necesidad de agradecer muchas cosas y pedir perdón a personas que hasta ahora no lo he hecho», les dijo. Un deseo que no pudo cumplir
Junto a Carmen Sevilla, Rocío Dúrcal, Sara Montiel, Rocío Jurado y Lola Flores, Maruja Díaz formó parte de un grupo de mujeres artistas rebeldes, extravagantes y a contracorriente -rozando lo prohibido- que fueron capaces de dar rayos de alegría y optimismo en una España pobre y triste condicionada por la postguerra. Una estirpe prácticamente extinguida, salvando algunos casos sueltos que representan un folclorismo 'light' que apenas se asemeja al de sus insignes predecesoras.
«Por desgracia en este país se sustituyen y se olvidan muy rápido a las grandes figuras. No somos un país de guardar grandes referencias de nuestros artistas», se lamentan Cuevas y Molina, que luchan porque su legado no caiga en el olvido. Una tarea difícil teniendo en cuenta que su familia, que más deberían trabajar para que la artista sea recordada, no han hecho nada y han dejado todo al albur del tiempo que provoca la desaparición de las personas de la conciencia colectiva.
David Cuevas y Jorge Molina
Maruja Díaz murió sin descendencia y su cuñado Honorio, viudo de su hermana Emilia y su única sobrina, Reyes, jamás han tenido interés por salir en los medios manteniendo su recuerdo. Un estilo que contrasta con el de la folclórica, que protagonizó algunos de los capítulos más disparatados de las crónicas televisivas. Además, y a diferencia de lo que es frecuente con los artistas de habilitar una capilla ardiente para dejar que sus amigos y seguidores puedan darle su último adiós, su despedida se llevó a cabo en la intimidad. Una decisión muy criticada en su día. «Conociéndola creo que la despedida que se le dedicó a Marujita Díaz no le habría gustado. Fue bastante triste», opinan David y Jorge. Ambos fueron nombrados por la familia como portavoces frente a los medios: «Nos limitamos a seguir sus instrucciones aunque con el paso del tiempo pensamos que no es lo que habría querido», reiteran.
Nueve meses después de su fallecimiento, algunos de sus amigos del mundo del espectáculo consiguieron reunirse para despedirla como se merecía.
Herencia
Hoy, su sobrina, gran beneficiada de su herencia, prefiere seguir al margen del foco mediático y nada se sabe sobre cómo ha gestionado el millonario patrimonio que recibió. Una fortuna de las folclóricas de entonces, consistente en valiosas joyas y propiedades inmobiliarias. La actriz y cantante ganó muchísimo dinero con sus películas y espectáculos musicales. A esto se le suman muchos regalos con los que fue agasajada por sus amantes. Mención especial para su primer marido Espartaco Santoni, quien le regaló una auténtica fortuna en joyas. Un inmenso patrimonio que la diva decidió vender en vida. «Sabía que cuando ella faltara sus joyas iban a malvenderse y decidió vender las piezas por su cuenta», explican Cuevas y Molina, joyeros encargados de la venta de la mayoría de ellas.
Además, la folclórica también contaba con una espectacular colección de vestidos que fueron donados y después subastados por Mensajeros de la Paz. Más de 70 trajes que Marujita lució sobre los escenarios y momentos especiales fueron puestos a la venta en septiembre de 2017 con precios que oscilaron entre los 200 a los mil euros. «La mayoría fueron comprados por admiradores aunque todavía hay algunos que siguen circulando por obras de teatro relacionadas con la cultura y el folclore español», reconocen con orgullo. «Que sigan en circulación… es lo que más le hubiese podido gustar».
Ver comentarios