Un libro revela el lado más cómico de la Reina Isabel II

La monarca británica no solo dejó un legado histórico, sino también una serie de anécdotas humorísticas que revelan su aguda inteligencia y carácter reservado

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Isabel II en Gran Bretaña GTRES

A pesar de la solemne imagen que proyectaba, Isabel II, la monarca que ocupó el trono británico durante más de siete décadas, era conocida por un agudo y reservado sentido del humor que solo compartía en ciertos círculos. Según el satírico británico Craig Brown, autor del reciente libro 'Un viaje alrededor de la Reina', la soberana tenía un repertorio selecto de comentarios graciosos que utilizaba con sus más cercanos, revelando una faceta menos conocida de su personalidad.

Brown, quien ha dedicado años a explorar anécdotas y relatos sobre la vida de Isabel II, asegura que la Reina era un enigma. «Era capaz de generar en quienes la rodeaban una especie de 'efecto real'», comentó el escritor. La magnitud de su presencia y la expectativa de su interlocutor provocaban a menudo que estos se quedaran sin palabras o se sintieran incómodos en su compañía. Incluso, algunos relatos apuntan a episodios en los que personas reaccionaban de manera inesperada, desde balbucear incoherencias hasta cometer pequeños accidentes por los nervios, anécdotas que Brown recoge con su característico tono humorístico.

El libro, lejos de ser una biografía tradicional, es una recopilación de historias y curiosidades que, de alguna manera, intentan desmitificar la figura de la reina y mostrar su lado más cercano. Clare Short, exministra laborista, contó una vez que durante una reunión informal con Isabel II, su teléfono móvil sonó. Ante la incomodidad de Short, la Reina, con calma y una sonrisa en los labios, le sugirió: «Contéstelo, podría ser alguien importante». Este tipo de comentarios, aunque breves, dejaban una huella imborrable en quienes los presenciaban, mostrando a una Isabel II con una inteligencia rápida y un sentido del humor afilado.

Brown, quien conoció a la monarca cuando tenía solo 19 años, confesó haber experimentado él mismo ese 'efecto real'. A pesar de haberse preparado para el momento, la magnitud de estar frente a una figura tan icónica lo dejó sin palabras. «Parecía tener un poder casi hipnótico sobre la gente«, aseguró.

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Isabel II, quien fue comparada por su longevidad y fama con figuras tan importantes como los Beatles, mantuvo su humor como un elemento esencial para sobrellevar las exigencias de su papel, aunque solo permitía que su círculo más cercano lo viera en acción. A pesar de su carácter reservado y el aire de misterio que siempre la rodeó, es evidente que la Reina supo equilibrar su papel público con momentos de ligereza, lo que la humanizó ante quienes la conocieron de cerca.

El libro de Brown, más que un homenaje, es un tributo a esa dualidad de Isabel II: la monarca intocable y la mujer de ingenio rápido que, en el fondo, también disfrutaba de esos pequeños momentos de humor cotidiano. Una faceta que quizás no muchos conocían, pero que, sin duda, deja una huella en la memoria colectiva.

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