De Kate Middleton a Charlène de Mónaco: las estrategias de los 'royals' para hablar de su enfermedad
El hermetismo del estado de salud de la Princesa de Gales, sumado a la polémica edición de su fotografía, molesta a los ingleses. Otras Casas Reales optaron por la trasparencia y se ganaron el cariño de sus conciudadanos
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![De izquierda a derecha; Kate Middelton, Masako de Japón, Mette-Marit de Noruega y Charlène de Monaco](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/gente/2024/03/14/como-royals-enfermedades-RMvhN2SKonNy6tfLpemv8cL-1200x840@diario_abc.jpg)
Kate Middleton es la 'royal' internacional por excelencia. Perteneciente a una de las Familias Reales más polémicas del mundo, la Princesa de Gales es considerada, por varios expertos en realeza, como «la gran joya de la corona británica». No obstante, el hermetismo con el que se está abordando su estado de salud -el pasado 16 de enero se sometió a una cirugía abdominal que ha obligado que se ausente de sus deberes reales- está terminando con la paciencia de aquellos que, durante años, la ensalzaban. Y es que, su reaparición no ha podido ser más polémica. La esposa del Príncipe Guillermo publicó, el pasado domingo, una instantánea junto a sus tres hijos que dio la vuelta al mundo por sus múltiples retoques. Tal fue el revuelo mediático que tuvo que emitir un comunicado confesando la autoría de la edición.
Los tabloides británicos han respetado, durante estos meses, el silencio de Kate Middleton. Tanto que no han desvelado los detalles de su recuperación preservando, así, su intimidad. No obstante, que desde el Palacio de Kensington se hayan negado a distribuir la imagen original ha molestado a los medios ingleses, quienes ya comienzan a sacar su artillería pesada contra la Familia Real británica. Prueba de ello es que publican informaciones que no dejan en buen lugar a los Príncipes de Gales: las supuestas infidelidades del primogénito de Carlos III de Inglaterra -incluso revelando la identidad de las mujeres-, entre otras. Lo tienen claro. Apretarán hasta que se emita un comunicado que aclare todo lo acaecido en los últimos días. En definitiva, el silencio sepulcral al que se ha acogido la Casa Real está perjudicando su imagen y aumentando la desconfianza de sus conciudadanos.
Esta situación dista mucho de la de Mette-Marit de Noruega, quien ha sido trasparente sobre sus problemas de salud. Todo se remonta a 2018 cuando fue diagnosticada de fibrosis pulmonar, una grave enfermedad que ha provocado que, desde entonces, se haya tenido que retirar, en más de una ocasión, de la agenda pública. Incluso no pudo asistir al Jubileo de Oro del Rey Carlos Gustavo de Suecia. La diferencia entre la Familia Real británica y la noruega es que la segunda nunca ha tratado de esconder el estado de la esposa de Haakon de Noruega. Desde que se hizo público el diagnóstico, hace más de cinco años, han hablado abiertamente y con total normalidad de su situación. Y esto ha repercutido en que la población haya entendido el difícil momento que atraviesa y le transmitan sus mejores deseos.
El bache de salud de Charlène de Mónaco
Una gestión similar a la de otras Casas Reales cuando alguno de sus 'royals' ha tenido algún bache de salud. El caso de Charlène de Mónaco es uno de los más recientes. La esposa del Príncipe Alberto II tuvo que alejarse del foco mediático durante un año. La Princesa consorte monegasca viajó hasta Sudáfrica, el país que la vio nacer, para acudir a un acto de conservación de animales. Una vez allí, contrajo una fuerte infección otorrinolaringológica que obligó que fuera intervenida quirúrgicamente hasta en tres ocasiones.
Cuando volvió al Principado de Mónaco, deslizaron a la población que la exnadadora iba a ingresar en una clínica en Suiza para su completa recuperación. Es más, Charlène, en primera persona, habló de su lucha. «Pasé por un momento muy difícil, pero tuve la suerte de ser apoyada y querida por mi esposo, mis hijos y mi familia, de quienes saco todas mis fuerzas. El camino ha sido largo, difícil y doloroso. No quiero ir muy rápido, pero hoy me siento más tranquila», confesó a la revista sudafricana 'News24'. También que «la fe me ha guiado en momentos difíciles de mi vida».
La depresión crónica de Masako de Japón
La que también se ha visto limitada con poder cumplir con sus compromisos institucionales es Masako de Japón. La emperatriz consorte padece, desde hace décadas, depresión crónica. Y aunque la Casa Real nipona es de una de las más herméticas, siempre comunica a los japoneses si asistirá o no, según se encuentre, a los actos previstos. Se cree que comenzó a desarrollar esta enfermedad tras casarse, en 1993, con Naruhito, actual emperador. La economista vivió en sus propias carnes un abrupto cambio de vida que repercutió en su salud mental -entre las causas de su depresión se habla de la imposibilidad de haber tenido un hijo varón, por lo que Hisahito, hijo del hermano del emperador, es el primero en la línea de la sucesión, y el rígido protocolo de la corte nipona-. No obstante, no fue hasta 2004 cuando anunciaron que padecía un «trastorno de adaptación».
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