Juan Urdangarin, el discreto hijo de la Infanta Cristina que cumple 25 años

Daniella Bejarano

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Iniciar sesión

29/09/2024
Actualizado a las 12:20h.

Compartir

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Iniciar sesión

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete

Juan Valentín de Todos los Santos Urdangarin de Borbón, primogénito de la Infanta Cristina e Iñaki Urdangarin, ha cumplido 25 años. Nacido el 29 de septiembre de 1999 en Barcelona, ha preferido mantenerse lejos de los focos mediáticos que tradicionalmente han seguido de cerca a la familia Borbón. Su vida, marcada por la serenidad y un carácter introvertido, ha estado profundamente influenciada por los altibajos familiares y la discreta protección de sus padres. Desde su infancia, Juan ha optado por un perfil bajo, centrado en sus estudios y una firme vocación solidaria, lo que lo distingue del resto de sus conocidos primos y hermanos.

A pesar de las turbulencias familiares, como la separación de sus padres en 2022 y la nueva relación de su padre con Ainhoa Armentia, Juan ha sabido manejar la situación con una madurez y entereza poco común. Tras los difíciles años marcados por el escándalo del caso Nóos, que transformó su vida familiar y social, Juan tomó la decisión de alejarse de la vida pública y centrarse en sus propios intereses.

Desde su niñez, Juan vivió entre Barcelona y Washington, ciudades que le brindaron una estabilidad temporal. Sin embargo, en 2011 todo cambió con la imputación de su padre en el caso Nóos. Esto no solo puso a su familia en el centro de la atención pública, sino que también afectó profundamente su vida personal. A lo largo de su adolescencia, Juan sufrió episodios de acoso escolar y requirió ayuda psicológica para sobrellevar la exposición mediática. Sin embargo, estas experiencias parecieron fortalecer su carácter reservado, lo que lo llevó a construir una vida más privada y enfocada en su propio bienestar.

Juan Valentín es conocido por su implicación en causas sociales. En 2018, viajó como voluntario a Camboya bajo el paraguas de la ONG de Monseñor Enrique Figaredo, y en 2022 hizo otro viaje solidario a la India. Estos viajes, sumados a su formación en Relaciones Internacionales en la Universidad de Essex, Inglaterra, lo han forjado como un joven comprometido y consciente de las problemáticas globales.

En Londres, ciudad que considera su hogar desde hace algunos años, Juan trabaja en la empresa Extreme E, fundada por Alejandro Agag. Allí, su labor se centra en la organización de carreras de vehículos eléctricos en zonas afectadas por el cambio climático, una causa que él mismo abraza con pasión. Este proyecto no solo le permite viajar por el mundo, sino también canalizar su preocupación por el medio ambiente.

Pese a la distancia física que le separa de su familia, Juan Valentín sigue siendo un pilar importante para ellos, especialmente para su hermana Irene, quien recientemente se mudó a Oxford para cursar estudios en Hostelería y Gestión de Eventos. Su vínculo es tan cercano que él mismo la ha acompañado en su transición al Reino Unido, convirtiéndose en su protector y guía en esta nueva etapa.

En cuanto a su situación sentimental, Juan ha logrado mantenerla en el más estricto anonimato. A pesar de rumores sobre una posible ruptura sentimental, fuentes cercanas a la familia aseguran que el joven no tiene pareja y que disfruta de su vida en solitario en Londres, lejos de los flashes y titulares de prensa.

A diferencia de otros miembros de su generación, como su prima Victoria Federica o su hermano Pablo, Juan Valentín ha optado por una vida alejada del protagonismo mediático. Su decisión de vivir discretamente y volcarse en sus intereses profesionales y personales ha marcado una diferencia significativa con el resto de la familia Borbón.

En eventos puntuales, como la boda de José Luis Martínez-Almeida o el 60 cumpleaños de su tía, la Infanta Elena, Juan ha hecho apariciones públicas, pero siempre con un perfil bajo, sin llamar la atención. En cada una de estas ocasiones, su seriedad y su deseo de privacidad han sido evidentes.

Juan Valentín Urdangarin sigue siendo, a sus 25 años, una de las figuras más enigmáticas de la familia Borbón. Su discreción y su dedicación a causas que realmente le apasionan lo han convertido en un ejemplo de cómo forjar una vida propia, lejos de las presiones de su apellido. Un joven que, lejos del brillo mediático, ha encontrado su propio camino.