Jerry Lee Lewis: adicto, violento y en la ruina

Jerry Lee Lewis (87 años) era una leyenda del rock'roll, del góspel y el 'country', una voz impresionante, un maestro del piano -un instrumento que parecía un órgano más de su cuerpo-, pero también era un hombre marcado por los escándalos y la tragedia. Conocido como 'The Killer', arrasaba en los escenarios con su música, pero también se llevaba por delante el corazón de quien se cruzara en su camino. O tal vez era el suyo el que se dejaba llevar. Su sobrenombre también le venía como anillo al dedo por los sucesos violentos que protagonizó, como cuando disparó por accidente al bajista de su banda en pleno cumpleaños, o cuando se presentó, también armado, en casa de Elvis Presley pidiendo ser recibido en mita de la noche. A lo largo de su intensa vida, fue arrestado por alteración del orden en varias ocasiones, denunció a su propia hija, Phoebe, por intentar robarle y fue embargado por Hacienda por una deuda de tres millones de dólares que le dejó en la ruina absoluta.

Era un adolescente de 14 años cuando se casó con Dorothy Barton, la hija de un predicador que le sacaba tres años: el mismo Jerry Lee decía que 'era demasiado mayor' para él. Poco antes de cumplir los 20, creyendo que había dejado embarazada a Jane Mitcham, se vio obligado a casarse con ella a riesgo de recibir su merecido a manos de sus cuñados. Y lo hizo sin haberse separado de su primera mujer… La llegada del pequeño Jerry Lee Jr fue una alegría que duró poco, porque su hijo arrastró toda su vida una enfermedad mental que le llevó a ser ingresado en varias instituciones psiquiátricas. Amante de la música, su padre se lo llevaba de gira para tenerlo controlado y alejado de las drogas. Murió en un accidente de tráfico a los 19 años, dejando a su padre desconsolado. Tras esa tragedia comenzaron las noches de alcohol que empezaban con una botella de tequila.

Su prima Myra Gale Brown tenía solo 13 cuando se casaron. La boda provocó tal revuelo, que muchos medios se negaron a contar con su música y tuvo que suspender su gira en Inglaterra, de donde fue deportado. Una vez más, a la estrella se le había olvidado que seguí casado… Y como las desgracias nunca vienen solas, el pianista perdió a su hijo Steve Allen, de tres años, ahogado en la piscina de la casa que finalmente pudo comprarse con el dinero que ganaba con los cada vez más numerosos bolos. De nuevo, más alcohol y, además, pastillas. Lo turbio de ese accidente es que, pocos años después, su cuarta esposa, Jaren Gunn Pate, también moriría ahogada en una piscina. Este matrimonio estuvo marcado por innumerables separaciones, malos tratos y, por su fuera poco, tuvieron una hija, Lori Lancaster, que fue acusada de asesinar a su propio hijo. La hija de Jerry Lee también era adicta, su nieto apenas tenía cinco meses… Si es que era su nieto, porque el artista nunca aceptó su paternidad. Destrozado por los abusos, ingresa en una clínica de desintoxicación.

En plena crisis de los 50, el pianista se enamoró de Shawn Stephens, una chica de 25 años que quedó fascinada de su talento. No crean que este cuento romántico tuvo un final feliz: tres meses después de la boda, ella murió de una sobredosis de metadona. Con el cuerpo amoratado y la habitación donde dormía manchada de sangre, este 'percance' levantó sospechas que solo quedaron acalladas con la autopsia.

Su matrimonio más longevo fue el sexto, con Kerry McCarver, con quien pasó 20 años. Tuvieron un hijo y, al menos, fueron años más tranquilos. Pero Jerry Lee tenía una última sorpresa: se casó a los 76 años con Judith Brown, ex esposa del hermano de su tercera mujer. Sí, han leído bien. Hollywood no podía dejar escapar semejante material, llevándolo en 1989 a la pantalla grande en 'Great Balls of Fire!', con Dennis Quaid como protagonista. Como suele pasar, la realidad superó a la ficción.