El infierno que vive Rafael Amargo en la cárcel mientras su padre está ingresado en estado grave en el hospital
El bailaor lleva 48 horas en prisión y su vida se ha convertido en una pesadilla
El ocaso de Amargo, el bailarín matriculado para ser policía... que ha terminado en la cárcel
El pasado viernes, Rafael Amargo (48 años) ingresaba en prisión preventiva por haber «quebrantado reiteradamente» el acuerdo que le comprometía a acudir a firmar los primeros días de cada mes hasta que se celebre el juicio. Lo que parecía una vista sin importancia y viendo que no cumplía con su obligación, terminó con su ingreso en prisión provisional inmediata por riesgo de fuga. Una medida que le fue impuesta el pasado 7 de junio cuando Rafael Amargo esperaba ser juzgado como presunto cabecilla de un grupo que traficaba con droga que era vendida desde su piso del barrio de Malasaña, en Madrid.
El artista se enfrenta a nueve años de prisión por distribuir metanfetamina y otras sustancias. En los registros, los agentes encontraron 100 gramos de metanfetamina, 40 gramos de ketamina y tres botes de popper, entre otras sustancias. El bailarín aseguró que se dedicaban a vender pequeñas cantidades a conocidos, pero que en los últimos tiempos se había «ampliado el negocio». El bailarín siempre ha defendido su inocencia y ha asegurado que «de mi casa nadie se va con más droga de la que entró».
Las primeras horas en la cárcel de Soto del Real está siendo una auténtica pesadilla para Rafael Amargo. Lo primero que tuvo que hacer al llegar fue someterse a un cacheo donde registraron todas sus pertenencias para después someterse a un examen médico y psicológico con el fin de evaluar si existía riesgo de suicidio o autolesión.
Informalia aseguraba que Amargo está llevando toda la situación con «angustia» y que las dos primeras noches han sido espantosas. Actualmente Rafael puede recibir dos visitas semanales de un máximo de 20 minutos de lunes a viernes o una sola visita de 40 minutos durante el fin de semana. Además, tiene derecho a realizar un máximo de diez llamada telefónicas a la semana, no excediendo los 5 minutos de duración cada una.
Delicado estado de salud
A su crítica situación hay que sumarle el ingreso de su padre, Florentino, que tuvo que ser hospitalizado tras enterarse de la noticia. El mismo Amargo reconocía hace un par de meses: «Lo que más me duele es que le está costando la vida a mi padre. Está agonizando en un hospital», dijo en aquel momento. Al parecer, la salud de Florentino Amargo comenzó a menguar a partir del pasado 17 de marzo, cuando el bailarín volvió a ser detenido en Alicante, acusado de un presunto delito de tráfico de drogas y de atentado a agente a la autoridad al resistirse en el arresto.
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