Guiomar Alfaro: «La moda me ayuda a llevar mejor la menopausia»

Aarón Espí

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14/08/2024
Actualizado a las 13:56h.

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Guiomar Alfaro puede presumir de tener una vida plena. Quizá, por este motivo, está consiguiendo todo lo que se propone. Desde hace unos meses, su nombre suena con fuerza en la industria del modelaje pese a llevar más de tres décadas dedicándose a ello. «La cosas tienen su determinado momento», asegura, entusiasmada, en conversación con ABC. Y cree que su éxito radica en mostrarse natural ante los demás: «Esto ha estallado porque, por fin, me siento yo misma. Me he mostrado como soy, sin miedos». La maniquí, que alterna su faceta de modelo con su trabajo de profesora en una Escuela de Idiomas, cree, desde su propia experiencia, que se puede «llegar al corazón de las personas siendo natural, diciendo las cosas con educación y sin tapujos».

Su pasión por el modelaje llegó de forma inesperada. Y es que, Alfaro se dejó llevar por su hermana gemela: «Siempre hay una que domina y yo, ese momento, me dejaba guiar. El hecho de fuéramos iguales llamó poderosamente la atención». Eso sí, no se arrepiente de su incursión en el mundo de la moda. Más aún, por todo lo que ha logrado en los últimos meses. Y es que Guiomar, consciente de su creciente popularidad, ha optado por alzar su voz y animar a todas las personas a que luchen por sus sueños independientemente de la edad que tengan -ella ha conseguido copar los titulares de la prensa nacional con 54 años-: «La fama no viene de inmediato. Hay que ser pacientes. Los jóvenes de ahora todo lo quieren ya. A mí me ha llegado ahora y quizá sea porque es el momento correcto».

Aunque si de algo se siente orgullosa es de ser fuente de inspiración para mujeres de su edad: «Una argentina me dijo que le encantaba la moda, sentirse femenina y que mi caso le había animado a hacer su primer pase a los 57 años». Algo similar a lo que vivió hace unos días cuando visitó un oculista: «Le dije a dos mujeres que me reconocieron que no hay que pensar en tener una talla en concreto para sentirse divina». Además, no tiene ningún problema en hablar cómo afecta la menopausia en el estado de ánimo de las que la padecen: «La puñetera menopausia hacia estragos. Yo estoy menopáusica perdida. Por las mañanas me dan unas ganas de llorar... Hay gente que incluso sufre insomnio y que no sabe donde meterse. Hay que buscar algo que te contrarreste eso y yo lo he encontrado en la moda».

Alfaro, que asegura preferir «pedir perdón a pedir permiso», explica que nada de esto hubiera ocurrido sin la disciplina que le han inculcado sus padres: «Les estaré eternamente agradecida. Soy trilingüe gracias a ellos. Hicieron el sacrificio de llevarnos todos los veranos a Inglaterra para aprender el idioma y eso me ha abierto muchas puertas. Hay que hacer hincapié en seguir aprendiéndolos porque ayudan mucho más de lo que la gente puede creer». Y ella ha hecho lo mismo con sus vástagos, de los que se muestra muy orgullosa: «Ellos me apoyan en todo». Así, con el soporte de los suyos seguirá compaginando el modelaje con su trabajo de profesora: «Son mis dos mundos, mis dos grandes pasiones».

La maniquí cree que aún queda mucho avanzar en la industria del moda: «Aquí somos muy rezagados. Hay que hacer caso a los cánones que hay en Europa». Y aplaude el proceder de Olivier Rousteing, el director creativo de Balmain: «Él es diferente, como yo. Ha cogido y ha puesto a mujeronas -sin tener en cuenta su edad- en la pasarela. Se me pone la carne de gallina al decirlo. Creyó en ellas y ha sido mundialmente aplaudido». Aunque destaca que para dedicarse a ello «hay que tener actitud y aptitud. A mí, me encantaría ser profesora de matemáticas, pero soy nula». Y si algo tiene claro Guiomar Alfaro es que se convertirá en la próxima Carmen Dell'Orefiche, con la que comparte rasgos físicos: «Tiene 93 años, es bella, delgada y alta. Ojalá pueda seguir a su edad con la misma ilusión que ella».