Genoveva ahora es Genevieve

La convivencia parece ser ahora la inmediata salvación para todos los males, equivocaciones e ineptitudes de los gobernantes que protegen a sus amigos en una diáspora de ansia de poder y de venganza que intentarán llevar hasta sus últimas consecuencias, saltándose todo el orden constitucional sin pestañear. A Irene, Ione y a unos cuantos más los van a enviar a ser pasto de los photocall. Han mentido, desde la Robles hasta el último de la lista, pero no lo reconocen. Lo que sí me queda claro que a partir de ahora no van a permitir que se coman a los niños crudos, que, al parecer es lo que hacemos los de derechas. Y van a estar mandados por cuatro señores que van a estar en Suiza vigilándolos, como si esto fuera una republica del centro de África. Se levanta el telón.

Según la prensa danesa la reina Margarita tenía pensado abdicar en su hijo el príncipe heredero Federico, pero en sus planes no estaba previsto contemplar un supuesto desliz de este con una señorita mexicana, divorciada de un grande de España y con un amplio recorrido amoroso en su haber con un cantante, con el hijo de un famoso escritor, con un político y con un rico ganadero andaluz. De todo esto, los andaluces que son conocidos por su ingenio, salero y sentido del humor la han calificado como «la falsa moneda, porque va de mano en mano y nadie se queda con ella».

Sus amigas, en los últimos tiempos, se preguntaban «de donde saca para tanto como destaca», como dice la conocida canción. Esta es la cuestión. Felicito a mi amiga, propietaria de la casa donde vive Genevieve, antes Genoveva, porque, para un futuro, un piso con historia y referencias reales, siempre es más fácil de alquilar, aunque solo sea por el morbo que provoca. Genoveva ya no es Genoveva, ahora es Genevieve. Será por aquello que saca ahora a relucir sobre un bisabuelo danés, banquero y con un nieto domador de serpientes.

La prensa danesa ha enviado a sus sabuesos para indagar, no sobre los juegos de cama en los que supuestamente no pernoctó Su Alteza, sino para averiguar cuantas veces se ha cambiado de ropa en esa casa, cuantas veces viajó la excondesa a centroeuropa y tratar de confirmar si coincidieron en cacerías, estaciones de esquí e incluso quien ha pagado los billetes de avión desde España al extranjero. Todo será cuestión de tiempo, pero de confirmarse las sospechas el daño a la institución monárquica sería muy serio y sus consecuencias muy graves. Mientras tanto la Familia Real danesa, impertérrita, trata de aparentar normalidad y sus sonrisas son permanentes, tratando de demostrar con gestos que nada ha pasado y que el heredero del heredero jura la Constitución en medio de esa «aventurilla» de su díscolo padre.

Internado está Cándido, el hijo de Conde-Pumpido. Dicen que su madre está preocupada. No me extraña, pues que su hijo no tenga luz, ni agua en casa, que invite a una señorita a vivir allí con él, que se haga pasar por un repartidor de comida a domicilio y que acuse a la prensa de hacer destrozos en la puerta de su casa, como mínimo, es como para ponerlo a tratamiento urgentemente.