El futuro del Príncipe Haakon en peligro: la mayoría de los noruegos no quiere que reine

El panorama para la Familia Real noruega no podría ser más sombrío en la víspera del vigesimotercer aniversario de bodas del Príncipe Haakon y la Princesa Mette-Marit. Lo que debería ser un momento de celebración está empañado por una serie de acontecimientos que han desencadenado una crisis sin precedentes en la monarquía noruega. El hijo mayor de Mette-Marit, Marius Borg Høiby (27 años), ha sido el epicentro de un escándalo que no solo ha sacudido a su madre, sino que ha puesto en tela de juicio la confianza de los noruegos en su futuro monarca.

Marius, conocido por su problemática relación con las drogas y su pasado controversial, ha sido acusado recientemente de violencia de género. Borg, quien ya cuenta con antecedentes por temas relacionados con drogas y conducción imprudente, fue arrestado y liberado bajo cargos tras presuntamente agredir a una joven, quien tuvo que ser hospitalizada con una conmoción cerebral. Aunque Marius ha pedido disculpas, alegando problemas de adicción y trastornos mentales, el daño a la imagen de la familia real ya está hecho.

La situación es especialmente delicada para Haakon y Mette-Marit, quienes desde su matrimonio en 2001 han luchado por superar la desconfianza inicial del público debido al pasado polémico de Mette-Marit. Sin embargo, este nuevo escándalo parece ser un golpe demasiado fuerte, sobre todo porque llega en un momento en que la salud de Mette-Marit, afectada por una fibrosis pulmonar crónica, la ha mantenido alejada de sus deberes reales, dejando al Príncipe Haakon con una carga adicional en un momento crítico.

La respuesta del pueblo noruego no se ha hecho esperar. Un informe realizado por Infact AS para el diario Dagbladet revela que casi tres de cada cuatro noruegos no desean que el Rey Harald abdique en favor de su hijo Haakon. A pesar de sus 88 años y una salud cada vez más frágil, el monarca sigue siendo enormemente popular, y la mayoría de los ciudadanos prefieren que continúe en el trono en lugar de ceder el paso a Haakon, quien parece no contar con la misma confianza. Este dato es revelador: un 73% de los encuestados se opone a la abdicación del monarca, frente a solo un 12,6% que apoya la sucesión.

El deterioro de la popularidad de Haakon está directamente relacionado con los recientes escándalos familiares. La opinión pública noruega parece haber perdido la paciencia con la Familia Real, especialmente en un contexto donde los jóvenes, quienes podrían ser más proclives a aceptar un cambio, también muestran una inclinación mayoritaria hacia la permanencia de Harald en el trono. Esta situación es un reflejo del impacto que ha tenido el caso de Marius Borg Høiby en la percepción de Haakon como líder, según lo explica una periodista danesa especializada en realeza: «Es imposible separar a Marius Borg de su madre, y a su madre de Haakon, por lo que están intrínsecamente ligados. Todo lo que haga Marius tendrá repercusión en la monarquía noruega«.

La crisis no solo afecta a Haakon, sino que también plantea serias dudas sobre el futuro de la monarquía noruega. Con una Reina Sonja de 87 años, y una Mette-Marit debilitada por su enfermedad crónica, el Príncipe heredero se enfrenta a la posibilidad de gobernar en soledad y sin el apoyo necesario de su familia. Además, su hija, Ingrid Alexandra (20 años), aún está en pleno proceso de formación, y su hijo menor, Sverre Magnus (18 años), no parece estar destinado a desempeñar un papel activo en la monarquía. A esto se suma la ya conocida rebelión de su hermana, la Princesa Marta Luisa, y su controvertida relación con el chamán Durek Verrett, lo que añade más tensión a una Familia Real que ya se encuentra en el ojo del huracán.

Mientras el Rey Harald continúa su reinado, resistiéndose a la abdicación a pesar de sus problemas de salud, el futuro de la monarquía noruega se presenta incierto. El Príncipe Haakon, quien ha dedicado su vida a prepararse para este rol, se enfrenta ahora a un desafío que podría determinar no solo su destino, sino el de toda la institución que representa. La pregunta que muchos se hacen es si Haakon logrará recuperar la confianza de su pueblo o si la sombra de los errores del pasado y los escándalos presentes seguirán empañando su camino hacia el trono.