La foto de Kate: imagen de la crisis de la Familia Real británica

Ivannia Salazar

Londres

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16/03/2024
Actualizado 22/03/2024 a las 19:12h.

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'Un autogol', 'un disparo en el pie'. Esas son algunas de las expresiones con la que los expertos reales y especialistas en relaciones públicas han definido la crisis en la que está sumergida la Familia Real británica. Y es que con el Rey Carlos III con cáncer, la Princesa de Gales recuperándose de una cirugía abdominal, la Reina Camila «cansada» por haber asumido más compromisos sociales (de hecho se tomó unos días de vacaciones, aunque ya está de regreso) y el Príncipe Guillermo trabajando a medio gas para poder cuidar de su esposa y sus tres hijos, el panorama no es nada halagüeño.

Pero quizá la mayor de las dificultades que enfrentan los royals en esta convulsa época post Isabel II, es la de la falta de confianza del público, que encima desde palacio se empeñan en dilapidar con hechos como el de esta semana, cuando publicaron una fotografía de Kate y sus tres hijos por el Día de la Madre en el Reino Unido que acabó siendo retirada de sus canales de distribución por las grandes agencias de noticias, que denunciaron que la foto había sido modificada, incumpliendo con sus normas de publicación.

Así, lo que en teoría habría sido una estrategia para acallar los rumores sobre la salud de la princesa, que no se sabe de qué fue operada ya que ella misma pidió que su historial médico permaneciera en privado, una decisión que sólo avivó las teorías de la conspiración, se convirtió en más gasolina para el fuego.

La foto, lejos de cumplir el objetivo de demostrar que la futura reina está recuperándose bien, se convirtió en la viva imagen de una crisis que sólo va 'in crescendo'. No es para menos, ya que desde su publicación todo fue una cadena de despropósitos: la disculpa de la propia Kate en sus redes sociales diciendo que fue ella quién editó la foto y exclamando un mea culpa tirando de la excusa de ser 'amateur', hasta la negativa del Palacio de Kensington a hacer pública la fotografía original sin editar. Esta resolución, de nuevo, incendió a las redes y a los medios.

La Princesa de Gales, que según la prensa local citando a fuentes cercanas a ella está muy disgustada con todo este revuelo, es ahora carne de los memes que inundan internet y cabeza de turco de una crisis institucional que lejos de mejorar, empeora. Ian Lloyd, quien ha estado fotografiando a la familia real durante más de 20 años, declaró en un artículo en 'The Independent' que «la foto que se suponía que acabaría con las teorías de conspiración», que son cada vez más descabelladas y van desde que Kate está en coma hasta que está muerta, «ha tenido el efecto contrario. Tradicionalmente, es el palacio el que no quiere colaborar con los medios de comunicación, pero esta vez los medios de comunicación se han enfadado con la Casa de Windsor. Presumiblemente, las agencias sienten que los Gales no sólo manipularon la foto, sino que también manipularon a los medios de comunicación y al público en general.

El profesional apuntó, no sin un dejo de humor británico entre líneas, que «en cuanto al futuro, respetuosamente sugiero que si los Gales quieren mantener sus sesiones de fotos como una producción interna, al menos deberían considerar subcontratar la edición de fotos a un profesional».

Una supuestamente inocente imagen familiar, que es tan sencilla que la edición no está justificada e incluso ha alimentado la idea de que quizá no hay foto original sino que es una composición con imágenes tomadas en otros momentos, se ha convertido así en el reflejo de un problema de confianza del público, que ya estaba de por sí molesto por la falta de información sobre la Princesa, aunque ya se había advertido que no se le vería en público hasta después de la Pascua. Los internautas mientras tanto no dejan de dar rienda suelta a su creatividad y las teorías que justifican la posible 'desaparición' de Kate del ojo público hablan de un divorcio con Guillermo, infidelidades, una histerectomía, una cirugía en el sistema digestivo para corregir problemas causados por algún trastorno alimenticio, problemas de salud mental e incluso una cirugía plástica.

Lo que está claro es que para la Princesa el regreso a la vida pública le supondrá un peso mucho mayor del esperado, y su entorno, incluyendo el equipo de comunicación de Palacio y unos royal senior inmersos en sus propios problemas, no parece que vaya a ser de mucha ayuda.