Fofito: «Mi familia tendría que estar en un manicomio»
Heredero de una tradición circense, el payaso nos habla de su padre, Fofó, de sus hijas, de su papel como abuelo y de un deseo por cumplir
![Fofito, está estupendo a sus 73 años](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/gente/2022/08/11/fotito-RTZqkVjdntbt3hDOrVCjJZP-1240x768@abc.jpg)
Si uno se dirige a él por su nombre, Alfonso, tarda un poco en reaccionar: «No estoy acostumbrado. El único que me ha llamado así es Santiago Segura en el rodaje de 'Torrente'. Yo creo que lo hacía para hacerme rabiar. Gritaba '¡Alfonso!, y yo iba a lo mío hasta que alguien del equipo me decía que era a mí a quien llamaba'«. Él es, y será siempre, Fofito. Junto con su padre, Fofó, y sus tíos, Gaby y Miliki, protagonizó una de las etapas más gloriosas de la televisión. No solo en España. Su vida ha sido digna de un artista de circo, recorriendo el mundo, de ciudad en ciudad, de país en país.
Nacido en Cuba, criado en Chicago, Puerto Rico, Venezuela, México, Venezuela y Argentina, antes de ser fichado por la familia para el circo, ya demostró sus artes para los negocios: siendo un crío iba con un carrito de la compra y se dedicada a recoger botellas de refrescos por las que le pagaban unos centavos en el supermercado: «Era el dinero que me ganaba para mis caprichos».
![Fofito, Gaby, Miliki y Fofó](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/gente/2022/08/11/foto-portada-U10573363314fqI-624x350@abc.jpg)
Fofito debutó junto a Fofó. Y uno se pregunta en este caso qué se teme más, decepcionar al padre o decepcionar al público: «Pues las dos cosas, pero al final realmente ves que tu responsabilidad es hacer bien el trabajo para el que han contratado. Mi padre preparó un número que no podía fallar, era brillante. Yo por el día estudiaba y por la noche vivía el espectáculo como si fuera una aventura».
«De todo lo vivido, me quedo con el cariño del público y con el recuerdo a la profesional del equipo con el que he trabajado», reconoce. Aunque lo cierto es que se le llena la boca cuando habla de sus nietos y de sus hijas, Mónica (actriz y su mano derecha), Mayte (mánager de grupos de rock) y Nela, que estuvo unos años trabajado como secretaria de Enrique Cerezo, pero se aburría y ahora estudia psicología. «Mi familia tendría que estar en un manicomio porque vivimos en la locura constante. Menos mal que mi mujer está acostumbrada. Ojalá hubiera sido funcionarias, con su sueldo asegurado y sus horarios normales». Hablando de funcionarios, Fofito asegura que a veces tiene problemas cuando llama a un ayuntamiento para pedir cita con el alcalde: «Me presento, les digo que soy Fofito y me sueltan 'Y yo Milikito'. Y ¡Pum!, me cuelgan».
Tocar el oboe
Con los 73 recién cumplidos, tiene cuerda para rato: «Tengo escrito y presentado un programa al estilo de las aventuras de los payasos, con una idea muy divertida con dos matrimonios como Los Roper». E incluso tiene un objetivo: «Me gustaría aprender a tocar el oboe, pero sacarle el sonido a esos tubos es muy difícil, es como soplar la gaita». Lo dice un hombre que ya toca la trompeta, el saxofón, el clarinete y la guitarra, que ya practica a cuatro manos con su nieto. Su nieta ha elegido el piano: «Tiene un don. Se lee la partitura y ya la tiene en su cabeza». La música no deja de sonar en casa de los Aragón.
La foto: Con mi papá Fofó, sin vacaciones
Lamentablemente, este verano Fofito se queda en casa, en Madrid. Pero no son vacaciones, es un paro forzoso provocado por los terribles incendios que han arrasado las localidades en las que tenían prevista la gira: «No creo que volvamos a actuar hasta octubre». Y mientras su mujer baja a la piscina a refrescarse un rato, Fofito aprovecha para escribir: «Estoy recopilando las mejores anécdotas de mi padre, porque era un hombre con un gran sentido del humor que gastaba bromas a todo el mundo cuando girábamos en verano». Otro incendio, este más pequeño pero no por ello menos doloroso, acabó con un baúl lleno de fotografías y recuerdos que guardaban en casa. «Pero los importantes los llevo conmigo», apunta Fofito mientras desgrana algún ejemplo: «Recuerdo un espectáculo en el que un grupo de 25 bailarinas salían al escenario en una coreografía perfecta, todas agarradas del brazo, en fila. '¿Te quieres reír?', me preguntó. ¡Menuda tentación, claro! Y entonces sacó una pierna por el fondo del escenario y le puso la zancadilla a la primera… Fueron cayendo todas una a una como piezas de dominó».
![Fofito de pequeño, con su padre Fofó](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/gente/2022/08/11/fofoyfofito-U18266070373mEy-624x350@abc.jpg)
Mi padre era muy amigo de Celia Cruz. Un día, agarró una peluca, uno de sus vestidos, y salió a cantar detrás de ella en el escenario. Hasta que Celia se dio cuenta, claro«. Pero él no ha heredado ese gusto por la bromas: »Yo lo que tengo es el vicio de fumar, que lo paso fatal porque no puedo hacerlo ya en ninguna parte. Me va a tocar dejarlo porque por las mañanas se me salen los pulmones tosiendo«. Fofito no recuerda haber tenido vacaciones: »Los veranos era nuestra temporada alta. El circo recorría las ciudades de costa y al menos, por el día, podíamos hacer vida de turista. Me acompañaban mi mujer y mis hijas, íbamos a la playa, al chiringuito, la ducha, la siesta y luego, a la noche, al trabajo de papá. Hacíamos vida de veraneo, pero trabajando«.
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