Los daneses castigan al príncipe Federico, que vive sus horas más bajas

Rosalía Sánchez

Corresponsal en Berlín

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10/11/2023
Actualizado a las 21:15h.

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El príncipe heredero Federico ha seguido cumpliendo con sus deberes reales como de costumbre esta semana. La Casa Real danesa ha seguido guardando silencio sobre las fotos de 'Lecturas', pero ese silencio solamente ha conseguido aumentar el enfado de los daneses, que simpatizan con la princesa Mary y expresan su decepción en las redes sociales. Después de la visita de Federico al Parque Científico DTU el pasado jueves, para interesarse sobre el desarrollo de productos de última tecnología, la Casa Real publicó varias fotos en su cuenta de Instagram, en un intento de pasar de puntillas sobre el escándalo, y los comentarios no se hicieron esperar.

«La estrategia de ignorar el problema está obsoleta, ya no funciona», se quejaba un usuario, seguido de miles de comentarios muy críticos con el príncipe. «Estoy conmocionada por la familia del príncipe heredero, su mujer y sus cuatro hijos, que tendrán que afrontar ahora esto en el colegio, no se merecen ese comportamiento», se sucedían los reproches: «Mi corazón llora por la princesa heredera Mary si eso es cierto. Ella renunció a su vida en Australia y ha dedicado décadas de su vida a usted y a su vida en Dinamarca, Príncipe Frederik». Al post de Federico para promover el Royal Run, la carrera que reúne a 90.000 personas en Copenhague y con la que Federico intenta aumentar la práctica de deporte entre sus compatriotas, los usuarios respondieron con maliciosas insinuaciones: «¿Corres también la maratón de Madrid?».

La experta en la Casa Real danesa, Tove Taalesen, sin embargo, cree que la táctica de mantener silencio no es tan estúpida. «Si comentan sobre semejante intercambio de rumores, sería como abrir un avispero», dice, «están haciendo exactamente lo que harían la Casa Real noruega, la Casa Real sueca o la Casa Real británica en tales situaciones: quedarse quieto en el barco y esperar hasta que la tormenta haya pasado». En su círculo más cercano, el príncipe Federico ha dejado claro que mantiene su compromiso con su esposa y que la amistad con Genoveva Casanova data de hace mucho tiempo y no va más allá, pero el hecho de que la Casa Real no salga a defender el honor de Mary disgusta a los daneses.

«El matrimonio entre los príncipes Mary y Federico ha sido siempre sólido como una roca, como se confirmó durante el conmovedor discurso de Mary a su marido en su 50 cumpleaños en 2018, viral en las redes sociales, directo desde el corazón y que conmovió a Dinamarca y a Federico hasta las lágrimas», señala Taalesen, que considera que lo que está en juego no es el matrimonio, sino la institución de la Monarquía, en un siglo XXI en el que la ejemplaridad es irrenunciable para su continuidad. La popularidad de Federico, que siempre ha sido alta, podría verse ahora dañada. Sobre todo después de que la reina Margarita retirase los títulos a los hijos del príncipe Joaquín para preservar los privilegios de la familia heredera.

No así la de Mary, que está recibiendo una ola de solidaridad. «Siempre ha estado a la altura de las expectativas», subraya Mette Skougaard, directora del Museo de Historia Nacional del Castillo de Frederiksborg y comisaria de la exposición 'Su Alteza Real la Princesa Heredera Mary 1972-2022', «no ha dado ni un escándalo, aprendió el idioma a la perfección, ha cumplido con todos sus deberes, ha representado con altura a la familia real, ha dado cuatro hijos a Federico y ha hecho feliz al príncipe».

«Siempre delgada, siempre bien vestida, siempre con un maquillaje perfecto, siempre sonriente y amable, nunca se le da mal nada», añade por su parte la locutora de radio danesa Nanna Bjerke, «ante todo siento que esté pasando por este momento incómodo, pero quizá una grieta nos ayuda a reconocer en ella nuestras propias insuficiencias». La escritora Trine Villemann, habitualmente muy crítica con la Familia Real danesa y que anteriormente ha criticado que «su estilo de verse perfecta está irremediablemente anticuado», también reconoce ahora a una princesa a la que los daneses sienten más cercana.