Cosme Ocaña, padre de Aitana: el hombre que mueve los hilos tras su éxito
A sus 25 años, Aitana lleva una vida alejada de lo que se considera normal, y su padre lo sabe. Por eso, se ha convertido en su mano derecha y ha asumido la gestión de sus negocios e inversiones
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La metamorfosis de Aitana: documental de éxito y nuevo mánager

Desde que el pasado 28 de febrero se estrenara Metamorfosis, el documental en el que Aitana nos muestra cómo es su día a día, la creación de su música y parte de su equipo. La idea inicial era grabar el proceso desde que se confirmaron las fechas para dos conciertos en el Estadio Santiago Bernabéu, pero estos tuvieron que cancelarse por problemas acústicos ajenos a la cantante, y lo que terminamos viendo fue su desilusión.
Desilusión, tristeza, ansiedad, hipocondría… fueron términos utilizados a lo largo de los seis capítulos en los que se divide el contenido, y todos ellos, junto con la figura de su padre y su representante, han dado mucho que hablar. Hay quienes han disfrutado viendo cómo funciona la industria por dentro y cómo las personas más cercanas a Aitana la incentivan para sacar de ella todo el potencial que creen que tiene. Sin embargo, hay quienes consideran que se le somete a una presión innecesaria. Sea como fuere, lo que es indiscutible es que Cosme, el padre de Aitana, es una persona fundamental en su vida y en su equipo.
Es a quien ella llama antes de tomar decisiones importantes, incluso con quien pretende viajar a Islandia para celebrar su cumpleaños, porque una astróloga le ha dicho que así su año será mejor. Y, por supuesto, también es quien ha tomado las riendas de la parte más administrativa de su carrera, no solo en España, sino también, y con mayor presencia, en Miami.
Cosme tenía un negocio de recambios de piezas de coches, pero desde hace unos años está cada vez más centrado en su hija, tanto que recientemente ha dado de alta una empresa en Florida de la que es administrador único. Bajo esta entidad, se compró la casa de Miami de la que tanto se ha hablado en los últimos meses y que es escenario de gran parte del documental. La empresa se registró en mayo 2024 y lleva el nombre de las dos mascotas de la cantante, aunque, sobre el papel, su nombre no aparece registrado.
La situación en España es diferente. Aquí cuenta con dos empresas a su nombre: una con el mismo nombre que la de Miami, Sop y Oli S.L., y otra denominada Mani 777. En ambas, Aitana comparte el puesto de administradora con su padre. La primera se dedica a la gestión de patrimonio inmobiliario y comenzó su actividad con un capital inicial de 670.000 euros, aunque actualmente no tiene propiedades registradas a su nombre. La segunda se enfoca en «la producción, fabricación y distribución audiovisual y fonográfica, así como en la promoción, representación y asesoramiento de artistas, músicos, instrumentistas y cantantes, tanto solistas como grupos».
Aitana tiene 25 años y, desde hace siete, mantiene una rutina y una vida muy diferente a la de cualquier chica de su edad. De hecho, en un momento dado, su madre reflexiona sobre cómo nunca ha podido viajar de manera anónima con sus amigos ni vivir el ambiente universitario, lo que lleva a su padre a confesar que, en ocasiones, se ha preguntado si fue una buena idea animarla a presentarse a Operación Triunfo, el programa que le dio la fama y la llevó a donde está ahora mismo.
Un éxito que tiene luces, pero también sombras, y así ha querido mostrarlo la artista. De hecho, antes de que se emitiera el documental, habló de depresión, confirmó que está tratándose y trabajando en sí misma, y ya tiene dos nuevas fechas programadas—aunque también han tenido que aplazarse—para hacer su sueño realidad y ver, durante dos días seguidos, el Estadio Santiago Bernabéu bailando al ritmo de su música.
Quizá lo haga al ritmo de 6 de febrero, una canción que aún no ha sido lanzada de manera íntegra, pero que ya no es solo una canción, sino esa canción que le dijeron que no era un hit. La vimos darle mil vueltas y trabajarla una y otra vez de la mano de Miki Torán, quien ahora es su representante tras haber prescindido de Nuria Andreu, la exrepresentante de Rosalía que durante el último año trabajó con ella.
Quien nunca quedará atrás será su padre. Y, pese a haber sido tachado de demasiado exigente con su hija, lo que nadie puede negar es que mantienen una relación excelente. Ahora, además, es su mano derecha en sus negocios. El tándem perfecto.
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