La cena de Navidad de Carlos III: 40 invitados, tres notables ausencias y el deseo de olvidar cuanto antes este 'annus horribilis'

Sandringham alberga una vez más una celebración que esta vez viene marcada por año increíblemente disfuncional

El Rey británico ha querido un festejo tranquilo y ha negado su invitación a su hermano Andrés, su hijo Harry y la esposa de este, Meghan Markle

Carlos III cumple 76 años: su lucha contra el cáncer, su conflicto con Harry y su doble de cumpleaños

El Rey Carlos III, en una estampa navideña. GTRES

Definitivamente no ha sido un buen año para la Corona británica, pero la tradición obliga y no queda otra que sentar a la familia para la cena de Navidad. El Rey Carlos III ha congregado a 40 invitados en los que destacaban tres notables ausencias -Andrés, Harry y Meghan Markle- y todos se sentaron con el deseo de cerrar de la forma más amable posible lo que ha sido un 'annus horribilis' para la legendaria monarquía.

La lista de invitados ha crecido respecto a otros años porque, según recoge la edición británica de 'Vanity Fair', tanto Carlos como Camila querían « que sus seres queridos más cercanos los acompañaran a celebrar». Una frase que a su vez esconde una afirmación todavía más severa: no hay quien celebre a los ausentes. O dicho de otra forma: Andrés, Harry y Meghan Markle no son bienvenidos. No hay perdón para ellos.

Dicen que Carlos III solo quiere algo de paz para este final de año tan duro y en el que para colmo su mujer ha tenido que afrontar una infección de pecho que la ha tenido lastrada. La noticia del espía chino que se hizo amigo de Andrés ha sido el remate. Sería exagerado hablar de una cena de Navidad especial. Más adecuado sería el término 'particular'.

La celebración de Carlos III y Kate Middleton

Si algo celebraron, más allá de la propia Navidad, es que Carlos III y Kate Middleton han evolucionado favorablemente de sus respectivos tratamientos para el cáncer. El monarca quiso dar una muestra pública de su progreso con un viaje a Australia y Samoa que puso a prueba no solo la determinación del rey, sino la paciencia de sus médicos, contrarios al viaje. De allí se volvió Camila con una infección.

Con todo, la mejor noticia para la monarquía ha sido ver cómo Kate Middleton se integraba poco a poco, aunque con esfuerzo, a la vida institucional con escogidos eventos públicos que han desatado la euforia entre sus seguidores. No obstante, su agenda se elabora día a día y todavía está muy lejos de regresar a la normalidad. A la cena también estaban invitados los Middleton.

La exclusión de última hora de Andrés

No hay piedra mayor en el zapato de Carlos III que su hermano Andrés. Por si no tuviera suficiente con saber que vive a pocos metros de él en su residencia real, en contra de su deseo, en los últimos días ha tenido que aguantar su último escándalo al conocerse que hizo amistad y metió en Buckingham Palace a un empresario que resultó ser un espía chino.

El Príncipe Andrés había sido incluido en la lista de invitados de este año en aras de la concordia y la apariencia de normalidad. Pero lo del espía ha sido la excusa perfecta de Carlos III para evitar tragarse ese sapo. En cuanto leyó lo del empresario chino, ordenó que borraran a su hermano de la lista de invitados.

Sin rastro de Harry y Meghan

La novedad de la lista de invitados de este año fue que por primera vez ya no figuraban Harry y Meghan. Por simple apariencia y temor al qué dirán, siempre eran incluidos, aunque ya se sabía que no aparecerían. Carlos ha pensado que ya no hace falta guardar las formas y los borró. Es era gesto definitivo que confirman que ya no forman parte de la familia.

A cambio, Harry y Meghan, como si ambos todavía formaran parte de la realeza a pesar de renunciar a ella, han enviado su propio christmas navideño, y con felicitación pública incluida. Por ahí están Archie y Lillibet, los nietos de Carlos III, a quienes el rey tanto echa de menos. No los ha visto desde que la pareja se marchó a Montecito, California.

Llega Tom Parker Bowles

Para el Príncipe Guillermo ha habido una de cal y otra de arena. La buena noticia para él es la exclusión de Harry, una forma de sentirse todavía más respaldado por su padre. A cambio, ha tenido que aguantar a Tom Parker-Bowles, el hijo de Camila, a quien no tiene en demasiada estima. Fue con sus hijos, su hermana Laura y la familia de esta.

Con un pasado turbulento, incluido algún asuntillo con drogas, Camila ha querido que su hijo regrese a Sandringham para disgusto de Guillermo, quien detesta no solo el pasado de Tom, sino sus formas y su carácter expansivo, según cuenta la prensa inglesa, tan contrario a la placidez con la que le gusta vivir al heredero de la Corona.

La guardia pretoriana de Carlos III

Por lo demás, Carlos III estuvo arropado por su 'guardia pretoriana'. A la cena asistieron los duques de Edimburgo, el Príncipe Eduardo y la Princesa Sofía, quienes este año se han convertido en un pilar para la Familia Real debido al reducido papel institucional del monarca y Kate Middleton. Estuvieron junto a sus hijos, Lady Louis y James. Tampoco faltó la Princesa Ana, que también sufrió lo suyo este año con una caída de un caballo que la dejó mermada.

En Sandringham la Navidad comienza con el reparto de regalos en la tarde del 24 de diciembre. Luego llega la cena y al día siguiente van todos a la misa de Navidad en la iglesia Santa María Magdalena. Después regresan a la residencia de Sandringham y allí comparten un pavo asado antes de reunirse junto a la televisión para ver el discurso de Carlos III. Su tercera vez, la más difícil.

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