Cayetana Rivera, así es su vida y su relación un año después de mudarse a Sevilla

En las últimas semanas se ha hablado mucho de la supuesta ruptura que finalmente no parece ser tal, entre Cayetana Rivera y su novio, Manuel Vega. Unos meses sin aparecer juntos y muchos rumores planeando sobre ello dieron pie a pensar en el fin de una relación que en realidad, según ha podido saber este medio, si ha tenido muchos altos y bajos, aunque todavía sigue en pie. Unas imágenes juntos en un concierto de Maluma dejaron claro que son pareja, lo que no quiere decir que no hayan tenido que superar diferentes dificultades para lograrlo.

Y una de ellas es el ritmo de vida que lleva cada uno. Hace poco más de un año que la hija de Francisco Rivera y Eugenia Martínez de Irujo se mudó a Sevilla tras fichar por el Grupo Pacífico, una empresa de organización de eventos nacionales e internacionales con sede en capital hispalense. Esto supuso un gran avance para la pareja, que, desde mediados de 2021, cuando comenzaron su relación, la habían vivido a distancia, porque ella entonces residía en Madrid.

Y ya juntos, pero no revueltos, se fue haciendo cada vez más evidente que el día a día de él nada tenía que ver con el de ella, y viceversa. Manuel es empresario, lleva algunas de las salas de fiesta más famosas de la ciudad, pues pertenecen desde hace años a su familia, como Antique o Maquiavelo, y por tanto sus obligaciones comienzan con la caída del sol, pues es habitual verle supervisando que todo esté bien y charlando con sus clientes en los diferentes locales.

Algo bastante incompatible con Cayetana, pues ella trabaja en una oficina, madrugando cada día, y por tanto acostándose de manera habitual a una hora prudente. Ella una rutina más ordenada y aunque en algunas ocasiones, sobre todo en fin de semana, se la ha visto con él en sus discotecas, no es un ocio que le guste, ni es, en ningún caso, su plan favorito. Ella es mucho más tranquila. Y el hecho de que uno viva el día y el otro la noche, ha supuesto fuertes crisis entre ellos, que además se llevan diez años y tienen entornos muy diferentes.

Además, Tana, que es como la llaman sus allegados, siempre que tiene ocasión viaja a Madrid, puesto que en la capital sigue viviendo su madre con la que mantiene y siempre ha mantenido una relación muy cercana. También con su padre, y con la mujer de este, Lourdes Montes y sus dos hermanos pequeños, con quienes ahora comparte más tiempo en Sevilla porque es con ellos con quienes reside.

Tener a sus padres separados hace que realice muchos viajes a lo largo del mes, algo que no le es extraño porque lo ha hecho desde que era muy pequeña. Pero ahora su vida está asentada en Sevilla y según los datos a los que ha podido tener acceso ABC, es una vida muy parecida a la de cualquiera, hace su jornada laboral, tiene muy buena relación con muchos de sus compañeros, y dedica el resto del tiempo a su familia y su ocio. Un ocio en el que está su novio, pero también sus amigas, el deporte, salir de compras… es decir, ella tiene una vida muy rica y la noche no es una de las cosas que más disfruta, quién la conoce sabe que una cena agradable en un sitio bonito es un plan que va mucho más con su personalidad que una noche de fiesta.

Antes de mudarse, la nieta de la fallecida duquesa de Alba trabajaba en la discográfica Universal Music cuyo presidente es Narcís Rebollo, el marido de su madre. Fue allí donde fue acumulando la experiencia suficiente como para llamar la atención de otras entidades y finalmente volar por su cuenta. Cuando tomó la decisión en junio de 2023 se dijo que lo que ella quería era acercarse a su novio y quizá alejarse de su madre, con la que tendría algunas discusiones, pero nada más lejos de la realidad, y Eugenia lo dejó claro en su momento: «después de tantos años viviendo juntas está claro que echó mucho de menos a Tana, pero respeto sus decisiones y nos veremos siempre que podamos, porque estamos muy unidas.»

De hecho, ya hace algunos años, siendo aún menor de edad, ella quiso mudarse con su padre al sur y Eugenia no le puso impedimento alguno, decidió estudiar allí y después de unos meses se arrepintió y volvió a Madrid, y en todo momento contó con el apoyo de sus dos padres que, además, después de años de diferentes, en los últimos tiempos mantienen una relación muy cordial y bastante cercana.

En definitiva, la vida de Tana Rivera en Sevilla no están diferente a la de cualquiera, y el hecho de que Manuel Vega lleve unos horarios y tenga unos gustos muy dispares a los suyos les ha causado algunas discusiones que han terminado en crisis, aunque hasta ahora parece que las han ido salvando y que no se puede hablar, al menos de momento, de ruptura. Lo que está claro es que pase lo que pase ella va a estar arropada por los suyos y su día a día no se va a ver alterado en absoluto.