Daniel Sancho reconstruye el asesinato de Edwin Arrieta recorriendo los escenarios del crimen con la Policía

El sábado por la tarde trascendía que un ciudadano español estaba acusado de asesinato en una isla de Tailandia. Poco después se revelaba la identidad del presunto criminal: Daniel Sancho, joven chef de 29 años hijo del célebre actor Rodolfo Sancho y nieto de Sancho Gracia.

El propio cocinero, que se encontraba de vacaciones, confesó el crimen ante las autoridades: había matado al médico colombiano Edwin Arrieta Arteaga después de, supuestamente, vivir bajo coacción por parte de este hombre de 44 años con el que, según fuentes cercanas a la familia, mantenía una relación sentimental.

Esa «jaula de cristal» que Daniel describió a los policías es la que le llevó supuestamente a comprar un cuchillo, guantes y bolsas de basura antes de reunirse con Arrieta, acabar con su vida y descuartizar el cuerpo.

Un crimen atroz con varios escenarios que el ahora detenido ha vuelto a visitar junto a los agentes para reconstruir el asesinato en su intento de reducir las consecuencias colaborando con la Justicia.

Sancho, que fue captado por cámaras de seguridad transitando en una motocicleta junto al asesinado, acudió con este al bungalow B.6 del Haad Salad Villa, ubicado en la Salad Beach de Koh Phangan y donde, según ha confesado, acabó con su vida.

A ese mismo lugar, que aún permanece sellado, se dirigió en la tarde del domingo Sancho junto a los policías para ofrecer detalles de lo ocurrido.

Se trata de una cabaña con piscina privada y un pequeño porche donde pasar la noche es todo un lujo al alcance de casi todos, y es que la estancia oscila entre los 30 y los 45 euros por noche. De acuerdo a uno de los portales más conocidos en búsqueda de alojamiento, el Haad Salad Villa no tiene disponibilidad para el resto del verano.

Tras la muerte violenta, el acusado procedió a desmembrar a su supuesta pareja y distribuyó los pedazos entre bolsas de basura, una bolsa de deportes y otros que dejó conservándose en la nevera.

Los primeros restos decidió llevarlos al mar, objeto para el cual acudió a la propia Salad Beach donde se ubica el resort y alquiló un kayak de color rojo por alrededor de 1.000 euros.

Durante la reconstrucción, Sancho detalló a los agentes el puesto concreto en el que había adquirido la embarcación con la que se adentró alrededor de 600 metros en el mar para deshacerse de los primeros restos de Arrieta.

Volvió entocnes al bungalow y procedió a deshacerse del resto de partes del cuerpo que había dejado allí, tirando algunos en contenedores de la zona y parte de la documentación de Arrieta en otra playa más lejana. Una vez culminado su plan, o al menos eso pensaba, se fue a la fiesta de la Luna Llena en Haad Rin. Horas después estaba detenido.

La reconstrucción de los hechos es fruto del afán de colaboración de Daniel Sancho, quien una vez detenido como sospechoso decidió confesar, alegando que el crimen se había producido porque él era «un rehén» de Arteaga.

Su buena conducta ha despertado la simpatía de los agentes policiales que, al menos según el testimonio del detenido, le llevaron a cenar al mejor hotel de la isla.

Sancho, que ha podido comunicarse con sus familiares gracias al acceso a su propio teléfono móvil, se encuentra ya en la cárcel de Koh Samui donde, en sus palabras, compartirá celda «con 20 personas más».