Angelina Jolie demanda a Brad Pitt por 250 millones

Cuesta creer que un día, hace más de una década, Brad Pitt y Angelina Jolie se enamoraron locamente. De su relación no quedan más que los escombros y seis hijos que son el motivo principal de la disputa de sus progenitores. Pitt, supuestamente, le negó a Jolie la posibilidad de comenzar una vida lejos de Los Ángeles, en Londres, y ella, desde entonces, ha hecho lo imposible por destruir la imagen del actor y productor. El último ataque de la actriz es una demanda por intentar quedarse con el Chateau Miraval robándole su parte. Una demanda de 250 millones donde se detalla el alcoholismo del actor y su poca visión comercial.

La actriz también ha demandado a los supuestos socios de Pitt, los directores del Chateau Miraval; Gary Bradbury, Roland Venturini y Warren Grant, y sus socios comerciales; Marc Perrin y Miraval Provence. No lo ha hecho directamente ella, sino Nouvel, la empresa que la actriz creó para vender su porción de los viñedos. «Aunque Jolie no estaba obligada a vender su participación a Pitt, se ofreció a venderle su participación y negoció con él durante meses. Estuvieron a punto de llegar a un acuerdo, pero la arrogancia de Pitt acabó con la negociación escribiendo una disposición diseñada para prohibir a Jolie hablar públicamente sobre los eventos que habían llevado a la crisis de su matrimonio».

Según la demanda, que pide al actor 250 millones, «Pitt sabía que gran parte de la riqueza y la liquidez de Jolie estaban ligadas a su participación en la bodega y usó varias tretas para tratar de obligar a Jolie a aceptar términos irrazonables». Los documentos judiciales presentados el martes en Los Ángeles afirman que después de que la pareja comprara la propiedad de 1300 acres en el sur de Francia en 2008, invirtieron conjuntamente decenas de millones de dólares para mejorarla. «Después de que Pitt ignorara la oferta final de Jolie de vender su participación en la bodega en los mismos términos que había propuesto Pitt, pero sin la cláusula de silencio, ella se la vendió a Stoli».

 La demanda explica que Stoli cuenta con experiencia y una red de distribución beneficiosa para Chateau Miraval, pero que «al no estar dispuesto a compartir el control, Pitt se negó a trabajar con Stoli como un socio igualitario». Este nuevo enfrentamiento en la corte, además de costarles millones a los dos actores, perpetúa un enfrentamiento que ya se alarga más de dos años por Miraval y cerca de cinco por la custodia de sus hijos. Esta última escaramuza de Jolie es una contrademanda contra los documentos presentados por los abogados de Pitt que exigen comprar su parte de los viñedos. La demanda de la actriz dice que Jolie y Pitt poseían cada uno el 50% a través de una complicada red de sociedades, y que «gran parte de la riqueza personal de Jolie» estaba inmovilizada en la bodega.

Los abogados de Jolie admiten que pareja llegó a un acuerdo de que la actriz supervisará sus proyectos humanitarios, incluida la Fundación Jolie-Pitt, mientras que «la supervisión de la inversión de la pareja en Chateau Miraval quedó en manos de Pitt» (que es por lo que Pitt ha demandado a su ex). Y si con la mano izquierda, sus letrados defienden a la actriz, con la derecha le dan sin piedad al actor. «Si bien la bodega ganó premios y se convirtió en un activo extremadamente valioso bajo su propiedad, no todo fue bien, ya que Pitt desarrolló un problema de abuso de alcohol que él ha reconocido públicamente». A Pitt le siguen golpeando en la demanda cuando los abogados esgrimen que «después de un incidente grave e internacionalmente publicitado entre Pitt, Jolie y los hijos de la pareja, Jolie solicitó el divorcio y en represalia por los procedimientos de divorcio y custodia, Pitt se embarcó en una campaña de varios años para tomar el control de Chateau Miraval y apropiarse de los activos de la empresa para su beneficio y el de sus propias empresas y amigos. Nombrándote a sí mismo el propietario legítimo de Chateau Miraval. Sus objetivos eran usurpar el valor de la empresa de Jolie, Nouvel, y obtener la propiedad exclusiva de Chateau Miraval».

Los documentos afirman que después de la presentación del divorcio, «Pitt simplemente operó la bodega sin consultar a Jolie y que cuando ella trató de obtener información y más control, él la rechazó e intentó bloquear a Jolie y Nouvel para que no obtuvieron información sobre la administración de Chateau Miraval». En este momento, el demoledor escrito se convierte casi en una novela de suspense cuando anuncian que el actor «trazó y ejecutó un plan para mover en secreto activos de Chateau Miraval a empresas de propiedad de él y sus amigos», devaluando el interés de Jolie. Aparentemente, los «amigos» de Pitt han desperdiciado decenas de millones del dinero de Chateau Miraval en proyectos vanidosos que tienen poca o ninguna justificación comercial, «incluida la inversión de un millón de dólares en una piscina, y reconstruir la fachada del Castillo con ladrillos traídos desde Croacia». El conflicto de este divorcio interminable está lejos de resolverse porque ni Angelina ni Brad parecen dispuestos a encontrar el entendimiento. Su amor se hunde cada vez más en el precipicio del resentimiento