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Álvaro Sans: «Visito los hoteles de la competencia para ver lo que no hay que hacer»

Con más de 200 hoteles a las espaldas, el yerno y la nieta del fundador de Meliá han conseguido conquistar el mundo con sus diseños

Adriana y Álvaro Sans d.r.
Pilar Vidal

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Este pasado lunes se celebró el Día Mundial de la Arquitectura, y Álvaro Sans es la quinta generación de una familia dedicada a la ingeniería civil y la arquitectura. Ha perdido la noción del tiempo porque no tiene horario ya que se hizo un pabellón en el jardín de su casa de Mallorca donde ha instalado el estudio de ASAH (Álvaro Sans Arquitectura Hotelera). «Empiezo a las 7:30 de la mañana y estoy liado hasta las 3 de la tarde. Luego descanso, pero puedo estar a las 12 de la noche en la cama con un plano», dice este genio que aloja al día a millones de huéspedes en todo el mundo. «He llegado a hacer doce viajes al año a América y seis a Asia, eso son muchos viajes, pero ahora ya no. Puedes atender obras de otra manera, gracias a la tecnología, no hace falta viajar tanto. Esta carrera es muy bonita, siempre estás aprendiendo cosas».

Estudió la carrera en Barcelona donde estuvo trabajando un par de años. Casado con la hija de Gabriel Escarrer Juliá, presidente y fundador de Meliá Hotels International recibió la llamada de su suegro que le pidió ayuda para montar todos los hoteles de la cadena en América. «Era en 1986, yo hice el Meliá Cabo Real en Baja California, otro lo hizo Oriol Bohigas, también estaban Fernando Higueras, Félix Candela…Los proyectos salieron a concurso y eran anónimos. Yo me presenté y gané, todos estos súper arquitectos que componían también el Jurado fueron como tutores míos», recuerda con nostalgia.

Una vez hechas las américas, decidió que para seguir desarrollando la carrera de arquitecto no podía ser un empleado sino dejaba de ser una carrera liberal. Y desde entonces hasta hoy ha hecho más de 200 hoteles. «Hemos trabajado para todas las cadenas mallorquinas, Iberostar, que le hicimos 10 hoteles en el Caribe, para Palladium de los Matutes, Princess que es una compañía de Cataluña a la que ahora les estamos haciendo un resort en Jamaica. También el Westin de Marbella y el de Costa Rica». Dice que se siente como si fuera un profesor de hoteles «me vienen un montón de arquitectos con proyectos y yo los tengo que corregir. Muchos los mejoramos, otros les decimos que los echen a la basura y empiecen de nuevo…».

Meliá Cabo Real en Baja California d.R.

No tiene reparos en compartir con ABC cómo se inspira a la hora de enfrentarse a un proyecto nuevo «Lo primero que hago es ir a ver todos los museos del lugar donde se está haciendo, te enseñan mucho. Luego estudiamos la arquitectura vernácula, la popular de cada zona porque te explica climatológicamente como hay que hacer las cosas. Y por último, visitas los hoteles de la competencia, más que nada para ver lo que no hay que hacer. Nunca me ha gustado copiar», explica Sans.

Aunque un arquitecto puede hacer cualquier edificio cree que como en todo es fundamental la especialización «Si a mí mañana me encargan un estadio de fútbol, lo haría fatal, sería malísimo. Por ejemplo, Rafael Moneo, que es un grandísimo arquitecto está especializado en hacer centros culturales. Tu puedes hacer uno, pero pobre del que se lo hagas, porque para empezar le va a costar más dinero del que toca. Es igual que en la medicina, tú no vas a un médico general para hacerte una operación de corazón». Hablamos de su último proyecto inaugurado este verano, Villa Le Blanc, el nuevo 5 estrellas de lujo de Gran Meliá en Menorca. «Era una guarrada, un hotel de tres estrellas que tu entrabas y te asustabas. Hemos tenido que entrar con el bisturí dejando lo que vale y quitando lo que no. Es una reforma que a veces es más complicada que una obra nueva».

Hotel Villa Le Blanc de Menorca D.R.

Gran conocedor de la arquitectura menorquina, ha sabido utilizar los colores, aprovechar la entrada de la luz, los espacios … «Las junior suites o suites que dan al mar con un solárium privado es un lujo brutal. Hemos tenido que maximizar todos los espacios. El bar sacarlo fuera, porque hoy en día y más después de la pandemia los exteriores son los reyes de todas partes. Todo el mundo quiere estar fuera. Y delante tenemos la playa de Santo Tomás, con un agua que pocas veces ves. He hecho la piscina de mármol blanco que es el color que más se puede parecer al agua de Menorca, pero nunca puedes competir con un mar como ese», asegura.

Muy orgulloso de haber levantado un icono de lujo en la isla, pero además comprometido con el medio ambiente. Es el primer hotel neutro en emisiones de CO2 de la cadena. «Ahora quiero vivirlo en invierno, tiene muchas chimeneas, y a diferencia del verano que se abre el hotel entero, hay otra ahora, donde el cristal, que son vidrios porque no tienen marcos, se convierte en una especie de pecera donde poder tener una vista fantástica, pero a través de un cristal». Villa Le Blanc permanecerá abierto hasta finales de este mes de octubre. «Menorca tiene mucho recorrido. Tiene un spa muy bueno y una piscina climatizada. Desde Palma hay un ferry que tarda 1 hora y 10 minutos y mucha gente se va a pasar el fin de semana y eso le puede dar vida al hotel», augura.

Hotel Maison Colbert de Paris d.r.

Si algo merece destacar también de este último proyecto es la decoración. El mérito de su hija Adriana Sans. Arquitecta también, pero apasionada de los interiores «Para mi es una de las mejores diseñadoras que hay en España. Ahora mismo estamos haciendo un palacio en Milán que va a ser un Gran Meliá en Piazza Cordusio, con un diseño espectacular. Hace siete años también diseñó el hotel Palacio De Los Duques Gran Meliá, el Nobu de Ibiza de Robert de Niro, y trabajamos bastante los interiores. Lo mejor es poder controlar los proyectos hasta el final. Eso me pasa con otras compañías hoteleras, cada una tiene su gusto, por eso digamos que no les trato como a Meliá que hacemos todo. El detalle al final es lo que te diferencia. Es crear magia dentro de un hotel». También contar historias, por ejemplo, el Hotel Maison Colbert de París, que ha sido rediseñado como un homenaje moderno a la vida del pintor Joaquín Sorolla. «El iba todos los años a París y compraba ropa para su mujer y su hija que eran sus modelos y las únicas que pintaba».

Se hizo una exposición allí con los cuadros que había hecho con ropa parisina y fue un éxito brutal y aprovechando la exposición le hemos dedicado todo el hotel y es una joya como ha quedado. Trabajamos con la Fundación Sorolla, nos ayudaron a elegir los cuadros, los cabeceros, los colores del hotel. están los parisinos locos con el hotel». Por no hablar del hotel de la Toscana, patrimonio de la humanidad, era el pabellón de caza preferido de los Medici. O el Gran Meliá Santi Petri donde todos los años le ponemos algo de cariño. Vamos haciendo cositas para que vayan siendo mejores y se vayan actualizando». Habla en plural porque Álvaro y Adriana , padre e hija, son un tándem perfecto.

También su mujer trabaja como administradora en la empresa familiar «se encarga de ponernos orden y que nos seamos pobres. Mi otra hija es artista, ha vivido en Japón, en San Francisco, y ahora vive en un pueblo de Mallorca y a veces nos hace alguna cosa puntual. Por ejemplo el mural de la infanta en diferentes épocas de la recepción del hotel Palacio de los Duques se lo encargamos. Somos una familia de artistas». Con 66 años, no ha pensado aún en la jubilación « si estoy en plena forma. Ahora estamos reformando un hotel precioso en Atocha …». Los Sans Escarrer son una saga que se ha acostumbrado al placer de viajar para trabajar.

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