La botella de Château d’Yquem 1806, el robo de una bella historia
El chef Toño Pérez y el sumiller José Polo la adquirieron en una subasta en Christie’s en el 2000. Meses después, la botella se rompió y emprendieron un viaje a Francia para salvarla. Pero hace una semana robaron esta joya de casi 200 años
![Las dos botellas de Château d’Yquem 1806](https://s2.abcstatics.com/media/gastronomia/2021/11/02/Imagenbotella-kHu--1248x698@abc.jpg)
A veces la muerte se asoma amenazante y no vence. Lo intenta con ganas de arrebatar ese instante, de apropiarse para siempre de una bella historia. La parca acecha al hombre y a las cosas que ama, bien sea el ejemplar de un libro firmado, ... una joya heredada o un vino fetiche. El chef extremeño Toño Pérez y su pareja José Polo vieron casi morir en sus manos la botella de un Château d’Yquem de 1806 hace algo más de veinte años. Esa era la codiciada pieza de una de las colecciones más brillantes de vino que existen en el mundo. Desde el pasado martes, está incompleta tras el robo en el restaurante Atrio de Cáceres de esa ‘rara avis’ enológica de Sauternes junto con otras siete botellas de ese ‘château’ y 38 más entre Montrachet y La Romanée Conti.
La muerte no pudo con esta legendaria botella de los vinos dulces que nacen en las viñas de Gironde, al suroeste de Francia. Toño y José la adquirieron en el 2000 en una subasta en Christie’s . Emprendieron un viaje feliz desde Londres hasta su hotel, un Relais & Châteaux que despunta en Cáceres y que acoge Atrio. Allí, en la bodega de este dos estrellas Michelin, el néctar casi bicentenario de ese Château d’Yquem se derramó parcialmente. Al ser guardada en una caja para conservarla mejor, la botella se vio encajada en el estuche. Era ligeramente más larga que sus hermanas y la presión de la madera hizo quebrar su cuello .
No pudo con ella ese crítico instante. Sobrevivió gracias al tesón que Polo y Pérez –que no quieren que este suceso empañe su proyecto– demostraron para salvarla. Lo primero fue traspasar su contenido a otra botella vacía que había albergado Château d’Yquem. Después, una llamada a la bodega francesa, antesala de un largo viaje por carretera con la frágil pieza envuelta en ‘film’ de cocina y en frío. A su llegada, todo estaba dispuesto.
El propio conde de Lur Saluces, heredero del legado de esa histórica bodega, fue quien dio las instrucciones necesarias. Él mismo les recibió junto con la enóloga de la casa, Sandrine Garbay. El vino recuperado fue catado y certificado como original. A sus 194 años aún era excelente . Son vinos vivos, por definición, y este lo demostró con creces.
La bodega procuró una botella de la misma época y la pérdida de volumen fue suplida con unas perlas de vidrio que hacen aún más inconfundible esta joya robada. Recorchada y etiquetada de nuevo, se podía leer la firma ‘madame’ Garbay junto a la leyenda: « Reacondicionada en el Château d’Yquem el 25 del 01 del 2001 a causa de un accidente . La jefa de la bodega». Y su historia continuó feliz en Atrio hasta el pasadomartes de madrugada.
Su valor –de 150.000 euros en carta , aunque se ha especulado que podría superar los 300.000 – es la historia que Toño y José imprimieron en esa botella al salvarla. Quienes han pasado por su casa han podido verla. Siempre han presumido de ser depositarios de esta superviviente de 1806. El hueco que ocupaba en la cámara en la que ambos lucen su aún apabullante colección de Château d’Yquem seguirá vacío. « Es su hueco, porque era mucho más que algo material. Era una historia », cuentan a ABC. Si la muerte no pudo acabar con ella, la maldad del hombre tampoco.
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