El entusiasmo de Ferran Adrià
Con el mismo o más entusiasmo que en aquellos tiempos de esplendor de elBulli, ha lanzado en Madrid Fusión 2025 numerosos mensajes. Me quedo con dos: ayudar a los jóvenes a potenciar su talento y la necesidad de abandonar la obsesión por buscar un fenómeno similar al que él protagonizó
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En la primera edición de Madrid Fusión el gran protagonista fue Ferran Adrià, entonces en la cúspide de la cocina mundial. Veintitrés años después, ha vuelto a ser protagonista. El homenaje que esta cumbre internacional ha rendido a la revolución gastronómica de hace ... treinta años le ha permitido volver a estar en el centro de todo. Con el mismo o más entusiasmo que en aquellos tiempos de esplendor de elBulli, Ferran ha lanzado numerosos mensajes, se ha hecho muchas preguntas y ha recordado los valores que marcaron aquella revolución: honestidad, generosidad y agradecimiento.
Entre esos mensajes me quedo con dos: ayudar a los jóvenes a potenciar su talento y, muy especialmente, la necesidad de abandonar la obsesión por buscar un fenómeno similar al que él protagonizó. Adrià estuvo en los dos lugares de mayor interés de este Madrid Fusión 2025, el auditorio principal y, sobre todo, en el espacio llamado Dreams, que cumplía su segundo año y ya se ha convertido en un punto fundamental del congreso.
Todo un acierto esa pequeña zona, abarrotada durante los tres días, donde se han planteado y debatido temas del máximo interés, desde la inteligencia artificial y sus aplicaciones en la cocina hasta otros más centrados en el día a día como el debate entre carta y menú degustación, la influencia de los cocineros en las redes sociales o la gastronomía saludable.
Madrid Fusión crece año tras año. En esta que acaba de terminar, se ha visto más congresistas, visitantes y expositores que nunca. Y también más actividades. Seis escenarios diferentes que complican mucho el trabajo de quienes seguimos de cerca el congreso ya que se solapan las actividades y necesariamente hay que elegir entre unas y otras. Lo que no había que perderse era la presencia en el auditorio de buena parte de los protagonistas de aquel gran cambio que se originó hace tres décadas. Allí quedó una imagen para la historia.
Y quedó también un nombre del que oirán hablar mucho a partir de ahora: Axel Smyth, del restaurante Simpar, de Santiago, elegido cocinero revelación y ganador del concurso de la mejor croqueta, de largo el más mediático de cuantos tienen lugar anualmente.
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