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Los terribles efectos del snus en el cerebro de los jóvenes

Esta sustancia puede, entre otras cosas, perforar las encías de aquellos que la consumen

Las bolsas de nicotina llegan a España: pueden generar «una pandemia de adicción»

El snus funciona como la puerta de entrada a la adicción a la nicotina ABC
Carlota Fominaya

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El snus, especialmente en su forma sintética conocida como 'snus blanco' o bolsitas de nicotina, ha llegado para quedarse. Esta sustancia, tipo tabaco sin combustión, originario de Noruega y Suecia, que se consume colocándolo entre la encía y el labio superior, es altamente adictivo, ya que se absorbe por vía sanguínea, generando así gran dependencia, especialmente entre los consumidores adolescentes y adultos jóvenes (15-25 años), población entre la que se ha puesto de moda. Entre sus peligros, además de funcionar como puerta de entrada a la adicción de nicotina, puede perforar las encías de los consumidores.

Según señalan este producto contiene diversos componentes tóxicos como los metales pesados, por lo que, aun no conteniendo tabaco, no está exento de riesgo. Pese a encontrarse en una situación alegal, ha comenzado a proliferar su venta en comercios españoles, incluso en algunos estancos, y se publicita a través de redes sociales e influencers de todo tipo. Pero mientras asociaciones y médicos exigen la prohibición de esta forma de nicotina no regulada en España, su consumo entre los menores de nuestro país crece en verano, al igual que lo hace el del alcohol y el tabaco.

¿Qué lleva a los menores a interesarse por esta sustancia, en principio, desagradable? Acercarse a probar el snus viene motivado probablemente, indica la psicóloga Conchita Sisí, directora de la clínica Salud en Mente, «por el deseo de aceptación social y la necesidad de integrarse en un grupo». Esta conducta, prosigue Sisí, se ve reforzada por la percepción de que el uso de snus facilita esa aceptación en ciertos círculos sociales, donde la impresión del entorno juega un papel significativo. «El deseo de ser parte de un colectivo y de adaptarse a las normas y comportamientos del grupo contribuye a la adopción de este hábito», indica. Además, prosigue, «su presentación como un producto moderno y menos perjudicial que el tabaco tradicional, la facilidad de ocultación y la promoción de mano de figuras populares en internet contribuyen a que la percepción de una alternativa más 'segura' a fumar».

Esta experta analiza el motivo de la adicción a esta sustancia y ofrece herramientas para que los jóvenes puedan enfrentarse a esta dependencia con madurez y serenidad. Sisí residió durante un tiempo en Noruega, lo que le da una perspectiva muy cercana. De hecho, señala que en ese país el hábito de fumar ha sido prácticamente erradicado. En su lugar, apunta, «el consumo de snus goza de una amplia aceptación social. Esta práctica ha sustituido al tabaco tradicional, reflejando una significativa transformación de los hábitos de consumo en la sociedad noruega».

De hecho, advierte esta profesional, la reciente introducción del snus en España puede tener significativas repercusiones para la juventud. «Al tratarse de un producto sin humo, que se coloca discretamente debajo del labio, su consumo resulta más sencillo en comparación con los cigarrillos tradicionales, pudiendo ser incluso utilizado en espacios cerrados, lo que incrementa su atractivo entre adolescentes y jóvenes adultos». Al igual que ocurre con los vapers, en esta población cobra especial importancia el sabor, que suele ser neutro o, en ocasiones, mentolado, lo que facilita su aceptación social pero puede acelerar la dependencia a la nicotina.

Efectos del snus en el cerebro de los jóvenes

En el caso del snus, la población joven, en pleno desarrollo de su identidad, es más susceptible a desarrollar una adicción rápida debido, recuerda esta psicóloga, «a su alta concentración de nicotina y a la forma discreta de consumo, lo que podría derivar en un incremento de problemas relacionados con la nicotina, incluidos trastornos de ansiedad y problemas cardiovasculares».

El proceso de dependencia puede ser más acelerado que en el caso del tabaco tradicional por diversos factores. En primer lugar, la alta concentración de nicotina permite una absorción más rápida a través de las mucosas bucales, lo que conlleva una respuesta inmediata del sistema de recompensa en el cerebro. De hecho, el primer consumo puede tener un efecto mucho más potente que el tabaco tradicional, y muchas personas experimentan síntomas inmediato como mareos, náuseas y visión borrosa. La nicotina actúa sobre los receptores de acetilcolina, liberando dopamina y creando esa sensación de placer y bienestar, reforzando el comportamiento de consumo. Esto, sumado a los factores mencionados anteriormente, promueven una rápida aparición de la dependencia, ya que el cerebro se adapta a la presencia constante de nicotina y comienza a requerir dosis regulares para evitar los síntomas de abstinencia, como irritabilidad, ansiedad y dificultad para concentrarse.

Si la familia detecta que el menor ha iniciado el consumo resultaría fundamental, advierte esta psicóloga, «proporcionar educación sobre los riesgos, apoyo emocional y acceso a recursos profesionales como médicos y psicólogos especializados en adicciones. El uso de terapias de reemplazo de nicotina puede ser útil en algunos casos, y es importante establecer objetivos claros y realistas para el proceso de cesación. En muchos casos, se utiliza para manejar situaciones estresantes por su efecto relajante, lo que a largo plazo puede ocasionar una indefensión en las estrategias de afrontamiento para gestionar los niveles de ansiedad. Para esta población lo ideal sería trabajar estrategias de afrontamiento de la ansiedad».

Desde el punto de vista profesional, para hacer prevención desde el hogar la familia sería necesario dividir a los potenciales consumidores en dos grupos: Adolescentes de 14 a 18 versus adultos jóvenes de 18 a 25. «Los primeros están menos dispuestos a escuchar pues el grupo de referencia es ahora el círculo de amistades, ya no son los padres, por lo que lo más recomendable es practicar la escucha activa con asertividad, ofreciéndoles apoyo y comprensión. Interesarse por sus gustos, sus motivaciones para poder acercarnos un poco más a sus actitudes hacia el consumo». Para el segundo grupo, de adultos jóvenes, concluye Sisí, «lo ideal es ser honesto y claro sobre los riesgos asociados con el uso de snus, evitando exagerar o minimizar los peligros, estando los adultos jóvenes más disponibles y abiertos a la escucha. Además, es esencial que los padres modelen comportamientos saludables (ej: reducir el consumo de tabaco en caso de realizarlo) y estar disponibles para apoyar a sus hijos en caso de que necesiten ayuda para abandonar el consumo de snus u otras sustancias. La clave es crear un ambiente de confianza donde los jóvenes se sientan seguros para hablar abiertamente y buscar apoyo».

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