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El mensaje 'oculto' que transmites al hacer un regalo y que seguro no habías pensado

Un psicólogo explica el verdadero significado de regalar y lo que se transmite con cada obsequio

Los españoles invierten más tiempo en buscar regalos de Navidad que en jugar con sus hijos

No siempre es fácil reconocer que un regalo no es de nuestro agrado
Laura Peraita

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Metidos de lleno en fechas navideñas y en las prisas por adquirir esos regalos de la lista que aún están pendientes, Unai Aso, psicólogo de Buencoco, invita a reflexionar sobre que hacer un regalo puede ser un acto simbólico significativo en las relaciones humanas, más allá del propio objeto.

¿Qué importancia tiene, entonces, regalar?

Los estudios en psicología social apuntan a que los regalos pueden actuar como un medio de comunicación, un canal para expresar sentimientos y fortalecer vínculos entre las personas, creando un sentido de reciprocidad. También pueden ser una forma de transmitir amor y aprecio, e incluso estatus y poder, así como una manera de expresar la identidad tanto del que da como del que recibe, reflejando y reforzando los lazos sociales y culturales.

¿Qué se transmite a través de este obsequio?

Un regalo puede ser mucho más que un mero objeto. Puede ser un vehículo de comunicación y expresión emocional. Los regalos pueden transmitir una amplia gama de mensajes y emociones (amor, gratitud, simpatía o incluso culpa y obligación), y reflejar los gustos, valores y percepciones de las personas. En el contexto de las relaciones interpersonales, los regalos pueden actuar como símbolos de la relación, reflejando la naturaleza y la intensidad de la misma. Por ejemplo, un regalo que se ha elegido cuidadosamente puede indicar un alto grado de intimidad y comprensión entre quien lo da y lo recibe. También pueden transmitir dinámicas de poder dentro de un grupo o una sociedad (por ejemplo los regalos corporativos en empresas o en contextos políticos).

¿Cómo afrontar que no nos ha gustado lo que hemos recibido?

Recibir un regalo no deseado o que no nos ha gustado puede ser una experiencia compleja desde un punto de vista psicológico. Según la teoría de la disonancia cognitiva de Festinger, cuando nuestras expectativas o deseos no se alinean con la realidad, como en el caso de recibir un regalo no deseado, se genera una tensión psicológica. Esta tensión puede llevar a sentimientos de decepción, culpa o incomodidad.

Dicho esto, cuando recibimos un regalo que no nos ha gustado es importante reconocer y manejar estos sentimientos de manera constructiva. Una estrategia puede ser enfocarse en la intención positiva de la persona que nos da el regalo y en el valor simbólico del mismo, más que en el objeto en sí. Agradecer sinceramente el esfuerzo y la consideración de la otra persona puede ayudar a mantener la relación positiva, mientras se manejan internamente los sentimientos de decepción.

¿Por qué cuesta reconocer que no es de nuestro agrado ante quien lo ha entregado?

No siempre es fácil reconocer que un regalo no es de nuestro agrado. Entre otras cosas, una de las explicaciones puede ser que seguimos la norma social de reciprocidad (según la cual las personas tienden a devolver favores, regalos o acciones de manera equivalente para crear un equilibrio y una obligación mutua) y deseamos mantener relaciones armoniosas y evitar los conflictos. Otra explicación surge de la teoría de la cortesía de Brown y Levinson, que postula que las normas sociales de cortesía y respeto a menudo nos llevan a ocultar nuestra decepción y evitar expresar nuestro descontento para no ofender a quien nos da el regalo. Esto puede ser especialmente cierto en culturas con altos niveles de evitación de la incertidumbre y donde mantener la armonía social es primordial.

En un mundo de prisas y estrés, muchas veces se compra «lo primero que se encuentra» por el simple hecho de tener «algo» que dar, ¿qué consecuencias tiene esto?

Comprar regalos de manera apresurada puede llevar a elecciones menos consideradas y personales, lo que podría reducir el valor simbólico del regalo. Esto puede afectar a la percepción de la relación y la intención detrás del regalo, posiblemente llevando a una menor satisfacción tanto para el que da el regalo como para el que lo recibe.

¿Cómo no equivocarse en la elección?

A veces es complicado saber qué regalar y acertar (y no pasa nada si la intención es positiva). Ahora bien, para no equivocarse en la elección lo más útil puede ser considerar los intereses, las necesidades y gustos de la persona que lo va a recibir. Esto es, cuanto mejor se conozca a la persona, más probabilidades de que el regalo se ajuste a lo que desea. En este sentido, hay estudios que indican que los regalos que reflejan el conocimiento y la comprensión del receptor generalmente son más apreciados.

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